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El ex mandatario brasilero Lula Da Silva pasó la noche junto a sus seguidores en el sindicato de Metalúrgicos, en las afueras de San Pablo. Se entregaría a la justicia luego de la misa por su difunta esposa Marisa Letícia

Luis Ignacio Da Silva pasó las últimas horas de este viernes resistiendo la detención junto a una multitud de seguidores en el sindicato de Metalúrgicos. Según se dice, el expresidente logró acordar con la Policía y se entregaría a manos de la justicia hoy sábado después de la misa por su difunta esposa, Marisa Leticia, quien hoy cumpliría 68 años de edad.

El juez federal Sergio Moro había dado tiempo a Lula hasta el viernes a las 17 para que se presentara ante la policía en Curitiba, a unos 417 kilómetros al suroeste de São Bernardo do Campo, en San Pablo.

Lula resistió y, vencido el plazo, la policía se mostró reacia a entrar al edificio, rodeado por miles de partidarios del exmandatario, lo que podría haber derivado en disturbios.

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