Fuerte polémica y conmoción en la comunidad religiosa generó el comunicado de la Diócesis de Río Cuarto y las declaraciones del Obispo Adolfo Uriona confirmando el cierre de la Iglesia San José, uno de los templos emblemáticos del catolicismo en la ciudad.
El tradicional templo cerrará sus puertas a la comunidad el próximo 30 de abril y quedará para uso exclusivo de la Comunidad Vicentina, quien actualmente administra el edificio. Según señaló Uriona, ya no se podrán oficiar misas ni dar los sacramentos.
“Se venía transitando un camino de diálogo según las disposiciones eclesiales y los criterios pastorales, entre la Sociedad San Vicente de Paul y la Diócesis (Obispado y Parroquia del Espíritu Santo, que es la responsable de la celebración del culto y la pastoral en el sector). En consecuencia la Parroquia del Espíritu Santo, a cuya jurisdicción pertenece la Capilla San José, no podrá iniciar la catequesis anual en dependencias de la misma y solamente acompañará allí la celebración del culto (misas, matrimonios y bautismos) hasta el 30 de abril”, indicó el Obispado.
Añadió que “en razón de que el Código de Derecho Canónico establece que toda actividad pastoral o de culto debe estar regida sin excepción, por las debidas normas eclesiásticas, bajo la autoridad del Obispo del lugar y que, por lo tanto, no será posible el “uso particular” de la Capilla, y así se le hizo saber a la Sociedad Vicentina”.
Uriona enfatizó sobre “los antecedentes históricos y tradicionales de esta Capilla casi centenaria, surgida en 1926 junto al Asilo San José” y resaltó que “ocupa desde esos años un lugar muy importante no sólo en toda Banda Norte, sino también, y en sus orígenes, en una extensa zona rural, el Obispado invita a las autoridades Vicentinas a continuar el diálogo buscando el bien del Pueblo de Dios”