Una broma de suegra hizo cerrar el aeropuerto tucumano

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Un hombre se acercó al mostrador de la empresa Latam para preguntar por la demora de un vuelo y afirmó: “vine a esperar a mi suegra, si se cae el avión es porque yo puse una bomba”.

Una broma de suegra hizo cerrar el aeropuerto tucumano y movilizó a toda la seguridad. Fue cuando un hombre se acercó a preguntar por la demora de un vuelo y dijo: “vine a esperar a mi suegra, si se cae el avión es porque yo puse una bomba”. La supuesta amenaza hizo desviar el avión y provocó la requisa en plena pista.
Según publica La Gaceta de Tucumán, el revuelo se desencadenó ayer, caída la tarde, cuando un individuo se acercó al mostrador de la empresa Latam para preguntar por la demora de un vuelo y afirmó: “vine a esperar a mi suegra, si se cae el avión es porque yo puse una bomba”.
El hombre se referían al Airbus A320 del vuelo 4156 de Latam, que debía aterrizar a las 18.05 en el aeropuerto Benjamín Matienzo, sin saber que el horario del vuelo se había reprogramado recién para las 18.40, media hora después.
La broma activó un plan de emergencia para hacer aterrizar el avión y desactivar la supuesta bomba y a partir de ahí la realidad superó a la ficción: cientos de pasajeros entraron en pánico y el aeropuerto se convirtió en un pandemonium.
En la tanto, dentro del avión y con la aeronave estacionada lejos de la manga y en medio de la pista, el piloto anunciaba: “señores pasajeros solicitamos que se queden sentados con el cinturón abrochado. En unos minutos personal policial revisará el equipaje debido a que hay una amenaza de bomba”.
Mientras esto sucedía en tierra, en el aire daba vueltas y vueltas un vuelo de Aerolíneas Argentinas al que no dejaban aterrizar hasta que se resolviera este tragicómico episodio.
En el hall del aeropuerto el pánico, el enojo y la incertidumbre se habían apoderado de todos. Los pedidos de calma no alcanzaban. Tampoco dentro de la nave se podía pedir mucha tranquilidad, los pasajeros no entendían por qué si existía la posibilidad de que estallara una bomba ellos seguían atados a sus asientos. “Cuestiones de protocolo”, repetían las azafatas.
Acostumbrado a los vuelos y más calmo, el entrenador de Los Pumas, Daniel Hourcade, quién era uno de los pasajeros del aeronave, le parecía todo insólito. Pensó que la amenaza de bomba era en el aeropuerto y no en el avión.
Finalmente el avión fué evacuado y los pasajeros tuvieron que hacer un inesperado recorrido -con una improvisada señalización- para llegar al edificio central, donde fueron alojados en una sala“.

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