Villar se abstuvo de declarar y el fiscal resolverá su situación procesal

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Comprometido por las pruebas que parecen cerrar la principal hipótesis de sospecha, el parquero Juan Villar fue indagado hoy por el crimen de Camila Carletti, aunque se abstuvo de declarar. El joven correntino de 28 años está imputado de homicidio simple y permanece detenido en la Unidad Penitenciaria Número 6.
Su defensa está a cargo del asesor letrado Pablo Demaría, quien en declaraciones a FM Libre afirmó: «se encontraba muy compungido cuando lo vi, no paraba de llorar».
Para el fiscal de Instrucción Walter Guzmán, con el hallazgo de Camila Carletti (22) «la investigación está totalmente esclarecida»
«El cuerpo estaba prácticamente sumergido en el sector de una curva, como si hubiera quedado atascado con una piedra. La intención era ocultarlo pero no en ese lugar, fue arrastrado por el agua», enfatizó el fiscal.

El funcionario judicial resaltó que «el cuerpo fue hallado dos kilómetros río abajo y es el resultado del proceso de rastrillaje en un sector de difícil acceso». «Se trabajó desde el punto cero aguas abajo y otro grupo estaba en la represa Tigre Muerto. A partir de esta instancia, por lógica la imputación es de homicidio y luego evaluaremos si se genera algún cambio», precisó.
Para Guzmán, «esto permite determinar que el caso está totalmente esclarecido y que la hipótesis se confirmó, no estábamos errados».
Durante la mañana, en conferencia de prensa, el funcionario judicial añadió: «La discusión puede haber sido porque el joven no tenía todo el monto que habían pactado».
No habría existido abuso, se habría pactado una relación sexual consentida por dinero. Estaba probado por los mensajes de texto y por mensajes de Facebook», afirmó.

Hallazgo

Efectivos del Grupo Especial de Salvamento de Córdoba (GES) hallaron en la tarde del lunes el cuerpo sin vida de Camila Carletti y el principal sopechoso, Juan Villar, fue imputado de homicidio de simple. Así lo confirmó el fiscal de Instrucción, Walter Guzmán, quien arribó al sector junto a personal de Criminalística.

El cuerpo de Camilia se encontraba entre un grupo de piedras en el interior del arroyo Santa Catalina, a dos mil metros de la denominada «zona cero», el sector donde se hallaron inicialmente las pertenencias de la joven desaparecida desde el viernes 2 de septiembre.
El sector es lindante con el Haras El Trebol, donde trabajaba Villar, a unos 12 kilómetros del acceso a Adelia María.

El peor final

En las últimas horas previas a su desaparición, Camila «estaba normal, tranquila, como en un día común». Así la recuerda Melina, la amiga con la que compartió una tarde de viernes que concluiría en un largo peregrinar de búsqueda y desesperación.
Ese día, la joven de 22 años había resuelto colocarse un piercing en el rostro y antes del arribo de la noche debía salir a repartir empanadas en su bicicleta. Nada hacía prever un final abrupto y todavía impredecible.
Tras 48 horas de un burdo formalismo que solo dilapidó valioso tiempo de búsqueda, la investigación pareció naufragar en datos incompletos hasta que el acceso al sitio personal de Facebook de Camila permitió abrir una hipótesis fiable: un hombre había contactado a la joven y habían pactado un encuentro. Según revelan los mensajes, esa persona habría sido la última en estar con Camila y desde ese momento, se convirtió en el principal sospechoso por su desaparición.
El imputado es Juan Villar, un peón rural de 28 años que había llegado a Adelia María junto a su pareja y dos menores, con quienes residía en el Haras el Trébol, ubicado sobre un camino rural a 12 kilómetros del pueblo. La Policía inicialmente lo investigó como testigo, aunque el pasado martes secuestraron su celular para intentar hallar pistas sobre la joven. Horas después, Villar pidió un remis y en plena noche partió junto a su familia hacia Río Cuarto donde abordó un colectivo con destino a Corrientes. No avisó a nadie, simplemente huyó. El destino final era Paso de los Libres, aunque al llegar a la terminal de ómnibus de la capital correntina fue sorprendido por un grupo de policías que le informaron sobre su detención. La orden había sido librada por el fiscal de Instrucción Walter Guzmán que ya había articulado una firme sospecha a partir de indicios que comprometen fuertemente a Villar.
Las medias de Camila fueron encontradas en un cañaveral a metros del arroyo Santa Catalina junto a un protector femenino. Además, fueron halladas las zapatillas de la joven sobre el camino que une el cerco de agua con el predio rural donde residía Villar. «Como si hubiesen sido lanzadas por alguien que necesitaba desprenderse desesperadamente de esas pertenencias», advirtió uno de los bomberos que participó del operativo.
Creen que Villar no planificó la desaparición y el eventual homicidio de Camila, sino que solo programó un encuentro con la joven y el presunto crimen habría sido consecuencia de una fuerte discusión.
Adelia María volvió a despertar con la angustia irreparable de la ausencia. El infierno grande se apropió de un pueblo que solo espera Justicia.

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