Consejos para el uso adecuado de la energía durante el verano

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«En el ámbito hogareño, el uso eficiente de la energía permite disminuir el monto de las facturas sin pérdida de bienestar», señalaron desde EPEC.

Desde la Empresa Provincial de Energía de Córdoba señalaron que se puede avanzar hacia la eficiencia energética, «un concepto que no significa privaciones ni sacrificios».
En realidad, la eficiencia energética implica el aprovechamiento conciente –y por lo tanto más inteligente– de la energía disponible. Este uso racional y a conciencia de la energía incluye su producción, conversión, transporte y uso.
La eficiencia comienza por casa. En el ámbito hogareño, el uso eficiente de la energía permite disminuir el monto de las facturas sin pérdida de bienestar.
Y eso no es todo: no sólo se puede reducir el consumo y mantener el confort, sino que es posible mejorar la calidad de vida consumiendo menos. En esta publicación veremos cómo.
Calefaccionar, refrescar, mover, iluminar: la energía es el combustible del mundo moderno. Pero los problemas climáticos y ambientales nos obligan a repensar la manera en que utilizamos energía en la vida diaria.
Si no deseamos hipotecar el futuro de nuestros hijos, actuemos hoy

Situación actual y proyección

El mundo moderno sería inconcebible sin la energía, y su uso está tan incorporado a nuestras vidas que sólo reparamos en ella cuando nos falta. Es tan importante que su consumo sirve como un parámetro para medir el desarrollo de una sociedad.
Y a mayor desarrollo, mayor consumo de energía: al ritmo actual sólo tardaremos 35 años en duplicar el consumo mundial de energía y menos de 55 años en triplicarlo.

Distintas fuentes de energía

Se denomina fuentes de energía a los elementos de la naturaleza que pueden suministrarla. Así, se llaman fuentes de energía renovable a las que se puede recurrir de forma permanente porque son
inagotables: por ejemplo, el sol, el agua o el viento.
Las no renovables son aquellas cuyas reservas son limitadas y, por tanto, disminuyen a medida que las consumimos: por ejemplo, el petróleo o el carbón.
A medida que las reservas sean menores, será más difícil su extracción y aumenta su costo. Inevitablemente, si se mantiene el modelo de consumo actual, los recursos no renovables algún día dejarán de estar disponibles, bien por agotarse las reservas o porque su extracción resultará antieconómica.
Como gran parte de la generación energética mundial se realiza quemando combustibles fósiles, al problema del abastecimiento se suma la contaminación ambiental

Un futuro incierto

La producción mundial de energía quema cerca de seis billones de toneladas métricas de carbón cada año, liberando casi 22 billones de toneladas métricas de CO2 en la atmósfera.
Este gas contribuye a que la Tierra tenga una temperatura habitable, siempre y cuando se mantenga en unas cantidades determinadas. Sin CO2 la Tierra sería un bloque de hielo. Por otro lado, su exceso impide el escape de calor terrestre al espacio y provoca un sobrecalentamiento del
planeta, fenómeno conocido como efecto invernadero. Muchos científicos advierten que si no controlamos las emisiones de éste y otros gases de invernadero (GEI), el futuro podría traer desastres ambientales en una escala dramática y sin precedentes.

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