«Me arruinaron la vida y eso no tiene precio, quiero verlo en un juicio»

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Por una maniobra de la defensa, se suspendió el juicio a un hombre acusado por abuso gravemente ultrajante, amenazas y maltrato durante al menos 3 años contra una empleada de nacionalidad boliviana, quien se desempeñaba en una empresa de General Cabrera dedicada a la producción de porcinos.
El abogado de la víctima, Gustavo Dovis, señaló que el abogado defensor «ofreció un resarcimiento para evitar el juicio, a partir de la figura de conciliación que fue incorporada en la última reforma del Código Penal»
«Obviamente esto fue totalmente rechazado y confiamos en que rápidamente se fije una nueva fecha para el inicio del proceso. Mi clienta está absolutamente indignada por lo que pasó», enfatizó.
Lia, la víctima de una secuencia de maltratos, abusos y acusaciones xenófobas, señaló en diálogo con Telediario: «No quiero que este caso quede impune porque a mi me arruinaron la vida, eso no tiene precio»
«No podía llevar más esa cruz. Volví a cruzarme con esta persona. El fiscal Guzmán me decía que estaba restringido su acercamiento pero sigue persiguiéndome. No puedo salir sola a la calle, es un infierno», aseveró.

Investigación

En la resolución del fiscal de Instrucción Walter Guzmán, se resolvió que el acusado de 56 años deba enfrentar el banquillo por coacción, lesiones leves y exhibiciones obscenas.
Para el fiscal, «surgen elementos de convicción suficientes como para formular el presente requerimiento en contra del encartado».
Según surge de la resolución, el primer hecho ocurrió desde 2009 a 2013, dentro de una firma rural de la localidad, donde trabajaba la víctima. Allí el acusado, quien era encargado de área, «habría comenzado a realizar conductas intimidatorias y agresiones físicas contra la misma con el fin de menoscabar su libertad e integridad sexual, todo en contra de su voluntad y siempre bajo la amenaza de hacerle perder la fuente laboral».
El agresor le hacía constantes referencias de tipo sexual y descalificaciones por su nacionalidad a la mujer, quien sufrió, además, «tocamientos impúdicos» y hasta debió observar cuando el imputado se masturbaba frente a ella.
En una de las oportunidades, cuando la víctima se resistió a los ataques del imputado, sufrió «golpes de puño en su cuerpo,
ocasionándole traumatismo de tórax, y un tiempo de curación de dos días».
El segundo hecho judicial fue fijado el 25 de marzo de 2014, cuando a las 19:30 hs., en la intersección de Ruta Nacional 158
y calle Rivadavia de General Cabrera, la víctima fue sorprendida por el agresor quien volvió a amenazarla con manifestaciones sexuales y le advirtió que perdería el trabajo.

«Tenía miedo de perder mi trabajo»

“Pasó mucho tiempo hasta que decidí hacer la denuncia porque tenía miedo a perder mi trabajo. A fin del año pasado le conté a mi esposo lo que pasaba y quiero que se haga Justicia”, había señalado la denunciante en diálogo con Telediario.
La compañía donde ocurrieron los hechos separó de su puesto al sospechoso y el abogado de la mujer, Gustavo Dovis, confirmó que tienen videos que prueban la responsabilidad del abusador.
“No buscamos más que la verdad y que este tipo pague por lo que hizo. Vinimos desde Bolivia para trabajar y somos gente digna”, expresó conmocionada la denunciante.

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