Un pañuelo de las Madres y un retrato de Pocho Amato recorrerán el campus

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PRENSA UNRC – Son donaciones hechas a la Universidad que acaban de ser aceptadas por unanimidad por el Consejo Superior, órgano de gobierno que decidió su exhibición a través de una muestra itinerante que transitará por las cinco facultades y la Biblioteca Central de esta casa de altos estudios.
Serán exhibidos en las cinco facultades y en la Biblioteca Central Juan Filloy de la Universidad Nacional de Río Cuarto un cuadro que contiene uno de los emblemáticos pañuelos de las Madres de Plaza de Mayo y otro con un retrato de José Santiago Pocho Amato, ex estudiante de la UNRC secuestrado y asesinado por la dictadura, cuyos restos mortales descansan en el campus de esta casa de estudios.
Esta muestra itinerante que apuesta a la memoria fue decidida por el Consejo Superior en su última sesión, oportunidad que con el voto unánime de sus miembros aceptó la donación de estos dos recordatorios, que ahora forman parte de los bienes de capital de la Universidad.
El pañuelo blanco de las Madres fue obsequiado por Estela de Carlotto, presidenta de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo y Doctora Honoris Causa de esta Universidad Nacional. Y el retrato del ex alumno de la carrera de Medicina Veterinaria – entre 1973 y 1975 – fue entregado a la UNRC por su hermana Leticia Amato.
Nacido en Río Cuarto en septiembre de 1954, José Santiago “Pocho” Amato militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Tuvo una destaca actuación en defensa de la democracia durante el Navarrazo que terminó con el gobierno de Horacio Obregón Cano. Fue uno de los militantes que defendió la Municipalidad de Río Cuarto ante los avances sobre el proceso institucional de aquel 28 de febrero de 1974, luego de lo cual fue perseguido y huyó hacia a Buenos Aires, donde en un simulado enfrentamiento ocurrido en 1976, fue fusilado por fuerzas pertenecientes al Ejército, en la localidad de Munro, cuando tenía 22 años. Y luego enterrado en una fosa común en el cementerio de Vicente López.
Sus restos fueron identificados en el año 1984, pero mucho después su familia tuvo la confirmación definitiva de la identidad, a partir de los estudios de ADN.

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