Vasculitis sistémica

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Son poco frecuentes, pero muy graves, ya que comprometen a más de un órgano. Y aunque está demostrado que el tratamiento precoz mejora el pronóstico, su diagnóstico es a menudo dificultoso ya que las patologías en cuestión se enmascaran con otras. Se trata de las vasculitis, enfermedades autoinmunes potencialmente fatales, que se caracterizan por la inflamación de los vasos sanguíneos (arterias y venas).Las vasculitis se caracterizan por la inflamación de los vasos sanguíneos, lo que genera un daño en su estructura. La causa es desconocida, pero se sabe que el sistema inmune del paciente no reconoce como propios los elementos del vaso sanguíneo, lo que gatilla fenómenos que los dañan. Al afectar negativamente el flujo de sangre a los tejidos de todo el cuerpo –como pulmones, nervios y la piel–, la vasculitis genera una amplia gama de signos y síntomas, que van desde dificultad para respirar y tos, hasta adormecimiento o debilidad en una mano o un pie, manchas rojas en la piel (“púrpura”), bultos (“nódulos”) o llagas (“úlceras”).
Debido a su compromiso sistémico, afecta a más de un órgano, lo que puede ser fatal para el paciente. Es por ello que estas enfermedades requieren un diagnóstico y tratamiento temprano y, especialmente, interdisciplinario. El 15 de marzo, y organizada por el laboratorio Roche, se realizó una reunión entre la Sociedad Argentina de Reumatología (SAR), la Asociación Nefrológica de Buenos Aires (Anba) y la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) busca favorecer el mejor y más oportuno tratamiento de los pacientes.
“Todo abordaje interdisciplinario de las patologías que son sistémicas, es decir que comprometen a más de un órgano, debería ser siempre de esta forma: las especialidades de los órganos comprometidos deben trabajar en equipo, sin ninguna duda”, señala Vanina Vázquez, de la Anba.
Por su parte, Juan Antonio Mazzei, neumonólogo de la AAMR, explica que a estos pacientes “a veces los ven los nefrólogos, a veces los reumatólogos, a veces los neumonólogos. Y no suele haber un trabajo multidisciplinario. Por eso, es muy importante la idea de reunirnos y ver en conjunto cada una de las partes que constituye la enfermedad, que se estima que en la Argentina afecta a unas 4.000 personas, un número que no es menor en comparación con otras enfermedades poco frecuentes”.

Especialistas

Alejandra Babini, de la SAR, afirma que “estas son enfermedades no tan frecuentes, pero sí graves: como inflaman y lastiman vasos sanguíneos, tanto arterias como venas, grandes y pequeñas, hacen daño en una innumerable cantidad de lugares del cuerpo. Por eso uno asume que son necesarios varios especialistas de diversas áreas para juntar los cerebros y 
encontrar las mejores soluciones para los pacientes”.
Mazzei señala que “en el caso de las enfermedades raras, 
de baja prevalencia pero que son muy graves como las vasculitis, es muy importante adecuar los recursos para tratarlas de la mejor manera”. 
En ese sentido, enfatiza que es importante la difusión de los conocimientos para saber cómo hacer un buen diagnóstico. 
“Está demostrado que el tratamiento precoz mejora el pronóstico”, concluye. En cuanto a los signos que tanto médicos como pacientes deben tener en cuenta para arribar a un buen diagnóstico, Babini describe “síntomas 
de alarma importante son 
que el paciente se sienta mal, tiene fiebre y pintitas en la piel, orina con espuma, orina menos o presenta un hilito de sangre; 
o si empieza con tos”. 
Por su parte, Vázquez agrega: “La idea es adelantarse a la recaída de la enfermedad, evitar un episodio grave”.

Tipos de vasculitis

Existen muchos tipos de vasculitis. Mientras algunos pueden ser leves, otros pueden llegar a provocar la muerte. La mayoría es poco frecuente.
“Se trata de un grupo muy heterogéneo de patologías que pueden distribuirse desde la aorta hasta el último capilar, con mecanismos de daños que son diferentes”, explica Alejandra Babini.
Las diversas formas de vasculitis se han clasificado históricamente según dónde se genere el daño vascular que provocan, o el vaso afectado. Una patología que abarca todo el territorio vascular –y en cualquier lugar– puede ser potencialmente muy grave. “Las vasculitis en un sólo lugar son las menos frecuentes, en general atacan más de un órgano”, dice Babini.
Las vasculitis llamadas “Anca positivas”, que se caracterizan por una inflamación asociada a autoanticuerpos, constituyen una de las variantes más peligrosas de la enfermedad. Estos anticuerpos contribuyen a la destrucción de los vasos sanguíneos en diferentes tejidos y órganos del cuerpo, en general de los pequeños vasos de los riñones, pulmones, cavidades (senos) y una variedad de otros órganos; aunque la enfermedad se expresa de forma diferente en cada persona.
La vasculitis suelen desencadenarse entre los 65 y 74 años, y afectan más a los hombres que a las mujeres.

 Fuente La Voz del Interior
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