Lo dijo Malvina Tosco, quien el 29 de mayo de 1969, cuando se produjo el Cordobazo tenía 8 años y una infancia con allanamientos, atentados y amenazas de los esbirros de la dictadura de Juan Carlos Onganía.
Malvina Tosco es la hija de uno de los principales referentes del Cordobazo, el fallecido dirigente de Luz y Fuerza, Agustín Tosco. Hoy, a 46 años del histórico movimiento obrero-estudiantil, por primera vez tiene militancia política de la mano del Movimiento Nacional Alfonsinista que lidera el radical Leopoldo Moreau. De su incursión en este espacio surgió su candidatura a legisladora provincial por Córdoba Podemos, el frente que encabeza Eduardo Accastello como candidato a gobernador.
“Me siento identificada con ese radicalismo popular de Alem e Yrigoyen, y de radicales como Abel Amaya, que fue el abogado de mi papá, y de Hipólito Solari Yrigoyen”, explicó la mujer, para quien “hay una línea que va del alfonsinismo al kirchnerismo, porque este gobierno hizo cosas que Alfonsín no pudo terminar”.
El 29 de mayo de 1969, Malvina Tosco tenía 8 años y una infancia con allanamientos, atentados y amenazas de los esbirros de la dictadura de Juan Carlos Onganía. Más tarde, la Triple A se encargaría de sembrar el terror en su familia y en todo el país. En diálogo con LA MAÑANA, la candidata habló de sus impresiones sobre uno de los hechos políticos más importantes para Córdoba y el país en la segunda mitad del siglo XX.
“En lo personal, fue una jornada con mucho estrés, que en la familia seguimos por un televisor. A nivel social, el Cordobazo es el orgullo de los cordobeses, parte de su identidad, porque fue un hecho histórico, de esos que quedan marcados en la memoria. Mi papá hablaba de una ‘gesta de liberación’, y yo creo que fue un día glorioso, donde toda la sociedad salió a repudiar a la dictadura y a mostrar su rebeldía. Salieron los obreros, se plegaron los estudiantes, los vecinos. Se produjo un estallido que sorprendió a toda la política de la época y también al régimen”, reflexionó.
“Mi mamá nos decía que lo que hacía mi papá en la calle era para que todos los chicos tuvieran las mismas oportunidades que nosotros”, dijo Malvina, recordando su infancia en barrio Los Naranjos y su educación en la escuela pública. “Mi papá quería una Patria libre, justa y soberana, y por eso luchó toda su vida”, agregó.
A 40 años de la muerte de Tosco (fue en 1975, impedido de recibir atención médica para su enfermedad, porque estaba en la clandestinidad) su hija cree que su figura es incomparable. “Fue un hombre virtuoso y coherente, y no está en mi ánimo imitarlo. Soy su hija y no voy a traicionar sus principios, pero soy autónoma, asumo mis responsabilidades, y si me equivoco a mí me juzgarán”, señaló. Sin embargo, admitió que a menudo se pregunta qué opinaría Agustín Tosco sobre determinados hechos políticos. “Me pregunto qué pensaría sobre el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos. O de esta democracia tan imperfecta. Me pregunto qué sería él hoy, en qué espacio político estaría, pero no tengo la respuesta”, admitió.
Fuente: La Mañana de Córdoba