«Me disparó muy cerca, me arruinó la vida»

0
Compartir

Lo dijo Milagros, la niña de 13 años que recibió un impacto de bala de goma en el ojo por un arma policial. El fiscal Fernando Moine elevó a juicio la causa contra el oficial subinspector Nicolás Zabala. El hecho ocurrió el 9 de marzo de 2013, durante un operativo en la Avenida Argentina. MILAGROS

«Me disparó muy cerca, no lo pude evitar, me arruinó la vida» Lo dijo Milagros Aymaras Castro, la niña de 13 años que recibió un impacto de bala de goma en el ojo por un arma policial. El fiscal Fernando Moine elevó a juicio la causa contra el oficial subinspector Nicolás Zabala por el hecho ocurrido el 9 de marzo de 2013, durante un operativo en la Avenida Argentina.
«No lo ví al policía y no me dio tiempo a nada. Yo estaba en el operativo porque quise ayudar a mi mamá, le estaban pegando. Me tuve que meter porque era mi mamá. Después de que me pegaron el tiro se fueron y me llevaron en moto al Hospital mi prima y una amiga», relató.
Milagros denunció que tras el violento episodio sufrió en numerosas oportunidades detenciones arbitrarias y manifestaciones discriminatorias por parte de la Policía. «Me llevan y me tratan como quieren. Me dicen lo que me hicieron. Ellos me arruinaron…», enfatizó aún conmocionada.

El hecho

Según describió el fiscal Moine en la resolución a la que accedió Telediario, el 9 de marzo de 2013, a la 01:30 hs. aproximadamente, dos policías se encontraban en Avenida Argentina n° 420 realizando tareas preventivas cuando observaron pasar raudamente, por la misma vía, a un sujeto a bordo de una motocicleta tipo 110 cc, color negra.
«En ese momento  escucharon por la frecuencia radial policial acerca de la comisión de un hecho de robo acaecido minutos antes en el rosedal del parque Sarmiento, en el que un individuo de similares características a quien vieran en el motovehículo aludido precedentemente, había sustraído a una pareja una moto color negra de 110 cc., razón por la cual comenzaron a recorrer el lugar a bordo del móvil policial en busca del rodado que vieran instantes antes», indicó el funcionario.
En la resolución destacó que «llegó al lugar otro móvil policial … y cuando intentaron identificar a un sujeto varias personas salieron de las viviendas aledañas y emprendieron con agresiones hacia el personal policial».
«Inmediatamente, arribaron otros móviles en carácter de apoyo y comenzó un operativo de prevención… Seguidamente, se habría acercado el oficial subinspector Nicolás Gabriel Zabala, quien también había acudido al sitio para prestar colaboración, momento en que éste le habría solicitado la escopeta a Pieroni -otro agente en el lugar- quien se la entrega», describió.
«Zabala habría retrocedido con la escopeta en su poder y al tiempo en que Milagros se acercó violentamente al lugar, Zabala habría realizado un disparo con la escopeta señalada, impactando un perdigón de goma en el ojo derecho de dicha menor, devolviendo inmediatamente el arma a Pieroni. Ante ello, como la situación empeoraba, el oficial Bonacci, previo recuperar el arma de manos del policía Pieroni, ordenó que se retiraran del lugar, haciéndolo todos a bordo de los patrulleros, momento en el que Bonacci efectuó un par de disparos con la escopeta para disuadir a los agresores, a cuarenta y cinco grados en dirección al suelo y hacia donde no había nadie», subrayó el fiscal.
Moine aseveró que «las circunstancias acaecidas no generaron concretamente un peligro que hiciera estimar necesaria la utilización de un arma y dispararla para contener el desborde del grupo de vecinos a poco que advirtamos que la reducción de quienes se opusieron no presentó demasiadas complicaciones, en tanto fueron introducidos al móvil policial y conducidos a la dependencia prontamente, de lo que se colige que Zabala debió mantener la mesura, la prudencia, la responsabilidad y el sano criterio que, de haberlo hecho de ese modo, hubiera evitado el impacto que ocasionara la lesión ocular a la víctima».
Además, sostuvo que «en el contexto en que se desarrollaron los acontecimientos, la observancia reglamentaria de los deberes de su cargo, hubiera evitado el desenlace conocido».
«En conclusión, dicha inobservancia indujo en error a Zabala acerca de las circunstancias del caso, lo que no le permitió apreciar correctamente la situación de necesidad o mantenerse dentro de los límites legales, tornando su conducta en excesiva», argumentó.

Commentarios

commentarios

Compartir

Dejar una respuesta