El actual campeón se adjudicó la tercera fecha del Campeonato Mundial. El piloto inglés, con Mercedes, compartió el podio con su compañero de equipo, Nico Rosberg.
De esa manera, le devolvieron el protagonismo a la marca alemana, titular de la Copa de Constructores, que la fecha pasada en Sepang, Malasia, fue relegada por Ferrari, cuyo primer volante, el alemán Sebastian Vettel fue tercero en el circuito chino.
Desde el inicio de las actividades en Shanghai, Hamilton dominó todos los entrenamientos, el sábado consiguió la «pole position» y también gobernó con autoridad la carrera de 56 vueltas sobre un trazado de 5.451 metros, como ocurrió también el año pasado.
El inglés, líder de la temporada que comenzó con su victoria en Melbourne, Australia, marcó un tiempo de 1 hora, 38 minutos, 42 segundos y ocho milésimas, seguido a 714/1000 por Rosberg y a 2s.988/1000 por Vettel.
Al término de la prueba, los pilotos de Mercedes generaron tensión con sus declaraciones, al entender Rosberg que Hamilton ralentizó el ritmo de la carrera para conservar sus neumáticos, lo que perjudicó la estrategia del alemán.
«Es interesante escucharte decir, Lewis, que estabas pensando sólo en ti mismo con tu ritmo en cabeza», ironizó Rosberg en rueda de prensa. «Eso perjudicó innecesariamente mi carrera», apuntó sobre la desaceleración del inglés.
«Mi tarea no es preocuparme de la carrera de Nico. Mi tarea consiste en dominar mi bólido y llevarlo lo más intacto y rápido posible a meta. Y eso hice. No hice nada intencionalmente para ralentizar a ningún coche por detrás. Sólo estaba centrándome en mí mismo. Si Nico hubiera querido pasar, podría haberlo intentado, pero no lo hizo», aclaró Hamilton.
«Es comprensible que Nico reaccionara de forma tan emocional. Y también es comprensible que Lewis haya corrido así», medió el jefe de motores de Mercedes, Toto Wolff.