Crónica de una fuga

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Fue registrado por un video en el pabellón 5. Habría escapado desde un patio de luz interno al techo del penal y desde allí, recorrió más de 30 metros hasta un paredón, bajo la presunta custodia de los guardiacárceles en las torres.

MOINE-EN-CARCEL

La imagen del traslado de Cristian Olguín hacia la Cárcel tras ser recapturado no parecía revelar que esa misma persona, apenas unas horas antes, haya sido la misma que se lanzó desde una altura de 7 metros sin sufrir ninguna fractura ó lesión evidente. Apenas balbuceó algunas palabras y afirmó que actuó bajo el efecto de las drogas.
Olguín iba a recuperar su libertad en enero de 2017 y por su “conducta ejemplar” había logrado permisos para efectuar tareas laborales. Estaba alojado en el pabellón 5 donde confluyen, en su mayoría, condenados por delitos sexuales. En el sector no hay violentas disputas, ni hacinamiento. Olguín no aparecía como un líder tumbero ni posee antecedentes por purgar otras condenas dentro de la Cárcel. Es semi analfabeto y su propio abogado descree que haya tenido la capacidad para planificar una fuga.
La principal hipótesis sobre cómo se produjo la huida tiene demasiados cabos sueltos. En la noche del lunes, Olguín fue junto a otros cuatro internos hacia el baño del pabellón. Minutos después, las cámaras en el lugar revelan que el joven nunca regresó hacia el pasillo ni a la celda donde estaba alojado.
Los investigadores presumen que accedió al patio interno, ubicado al lado del baño. ”La hormiga”, como lo llaman, pesa 56 kilos y mide 1 metro 75 centímetros. En una compleja maniobra habría logrado pasar entre los hierros que cubría la parte de arriba del patio y posteriormente, se habría lanzado sobre el techo del pabellón. Desde allí, debió cruzar una distancia de al menos 30 metros hasta el paredón lindante con la calle Paso de los Andes, donde habría logrado escalar y saltar hacia el exterior desde una altura de 7 metros. En ese trayecto, nadie lo vio a pesar de que hay controles fijos en cada una de las torres en altura que tiene la cárcel.
El resto es la historia oficial. A Olguin, como era previsible, lo detuvieron. No tenía adonde ir, ni quien pudiera recibirlo. No estaba preparado para una fuga que puso en ridículo al esquema de seguridad en la Unidad Penitenciaria, pero logró evidenciar las fallas. El fiscal Fernando Moine pidió informes y pericias técnicas que podrían derivar, la semana próxima, en eventuales imputaciones.
Olguín ya está nuevamente encarcelado, aunque su sorprendente aventurar parece ocultar mucho más que una fuga express.

 

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