Celulares, ¿a qué edad?

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Los teléfonos celulares forman parte de la vida cotidiana de un modo tal que también niños muy pequeños suelen entretenerse con diferentes aplicaciones que tienen los padres en sus aparatos de comunicación móvil. 

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En los últimos años, los teléfonos celulares se han convertido en un objeto muy popular entre niños, jóvenes, adultos y hasta personas mayores. Los hay de todo tipo y modelo: inteligentes con cámara de alta definición o bien sencillos que sólo permiten enviar mensajes de texto.

Teléfonos celulares
Forman parte de la vida cotidiana de un modo tal que también niños muy pequeños suelen entretenerse con diferentes aplicaciones que tienen los padres en sus aparatos de comunicación móvil.
El permanente aumento de usuarios estimulado por las compañías telefónicas, sumado a la facilidad para aprender su uso por parte de estos “nativos digitales”, constituye un beneficio para las familias, quienes pretenden ofrecerle las mejores herramientas para estimularlos adecuadamente. Por ejemplo, en la adolescencia, muchos padres también consideran importante que sus hijos tengan teléfonos celulares, ya sea porque quieren ser capaces de comunicarse con ellos en cualquier momento o bien porque sienten alivio porque podrán hacer llamados ante cualquier emergencia. Sin embargo, la ausencia de una consistente enseñanza del adulto acerca de qué función cumple en su vida, así como los riesgos a los que puede exponerse por su mal uso, constituyen una tarea más de incumbencia adulta. La pregunta no es tanto a qué edad es oportuno tener un celular, sino el grado de exposición y peligros a los que se exponen si un adulto no logra orientar y prestar atención al uso que le dan.

¿Cuáles son los riesgos?
Cyberbullying. Es el hostigamiento a través de dispositivos informáticos o celulares, redes sociales, mensajería instantánea, correo electrónico o sitios Web. En el cyberbullying, el agresor se hace pasar por otra persona para decir cosas desagradables o bien amenazar a la víctima con publicar información privada por él compartida. Por ejemplo, los adolescentes usuarios de aplicaciones de mensajería instantánea suelen ser el canal de preferencia utilizado para extorsionar a la víctima difundiendo fotos, videos o comentarios suyos hacia el resto de los contactos. Habitualmente, las jóvenes o niños afectados son personas con grados de vulnerabilidad significativos al ser consideradas “diferentes” o “extrañas”.

Mensajes enviados por extraños. Los teléfonos celulares pueden permitir que desconocidos entablen un contacto con su hijo sin que ni siquiera sepa quién es la persona. Así, el joven queda expuesto a compartirle información sobre él mismo, su entorno y sus actividades cotidianas.

Acceso a páginas web inadecuadas. La complicación que presenta conocer a qué información acceden los adolescentes desde el celular es un desafío para los padres en tanto es más fácil supervisar, por ejemplo, lo sitios web visitados en el historial del buscador de internet en la computadora.

Robo y pérdida. Los teléfonos celulares, objetos pequeños y caros, no sólo son fáciles de romper o perder, sino que también son un blanco fácil para el robo. Es conveniente asegurarse de que su hijo guarde su aparato en un lugar seguro e intente no llamar la atención sobre él en público.

¿Cómo se puede proteger a sus hijos?

Algunos Consejos
La mejor manera de asegurarse de que sus hijos utilizan sus teléfonos de forma segura es hablar con ellos acerca de cuáles son los servicios que pueden utilizar y los contenidos que se pueden descargar, así como generar acuerdos y compromisos sobre qué información es adecuada para compartir a través de los dispositivos móviles.
El aspecto central es tener una permanente actitud activa y de escucha hacia los hijos ya que sembrar confianza en el vínculo padre-hijo será el modelo con el que contará al inicio de la adultez.

Fuente La Voz del Interior

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