El jefe de Gabinete apuntó nuevamente contra el experto en informática que le prestó al fiscal Nisman el arma que ocasionó su muerte. Consideró que los peritos oficiales y de parte «tendrán que reunirse» para conciliar sus análisis
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, retomó su ofensiva contra el técnico informático Diego Lagomarsino al señalar que «la persona que aportó el arma» de la que salió el disparo que mató al fiscal federal Alberto Nisman «en cualquier país del mundo estaría detenido».
En diálogo con radio Continental, el funcionario kirchnerista señaló que en la investigación «se imputa y marca a una sola persona, que es Lagomarsino» por entregarle el arma que mató a Nisman al fiscal.
Las declaraciones de Fernández siguen la línea que mantuvo el Gobierno desde que se conoció el fallecimiento de Nisman. La primera en apuntar contra el experto en sistemas fue la propia Cristina Kirchner, seguida luego por distintos dirigentes del oficialismo, quienes hicieron foco sobre el colaborador del fiscal.
Ayer, el propio Aníbal había dicho que «Lagomarsino debe estar preocupado» porque la pericia llevada adelante por los expertos contratados por la querella, «lo coloca con Nisman en la hora de muerte». El jefe de Gabinete se refería a uno de los puntos del informe presentado por la jueza y ex mujer del fiscal, Sandra Arroyo Salgado.
«La autopsia de Nisman se hizo el lunes a las 8 de la mañana. Estamos hablando de que la muerte toma como centro las 20 del día sábado. Cuatro horas más o cuatro horas menos. Cuatro horas más no pudo haber sido porque sería a las 22 y la familia llega a las 20:30. Cuatro horas menos sería, entre las 16 y las 20 del sábado, y a esas horas estaba Lagormarsino en la casa», fundamentó el funcionario.
En la entrevista que concedió hoy, el ministro evitó hacer juicios de valor sobre las diferencias que salieron a la luz entre la investigación de Fein y las conclusiones a las que llegaron los expertos que asesoran a la querella, representada por la ex esposa del fallecido, Sandra Arroyo Salgado. «Tendrán que reunirse» para conciliar sus análisis los peritos de parte y oficiales, apuntó.