La mujer de 33 años falta de su casa desde hace 20 días. El 11 de diciembre Villafañe salió al frente de su casa para atender un llamado y no la vieron nunca más. Su última pareja fue detenido e imputado por «privación ilegítima de la libertad calificada».
Una familia pide ayuda para dar con el paradero de María Eugenia Villafañe, de 33 años, quien despareció en Canals, provincia de Córdoba, hace 20 días en circunstancias muy extrañas.
Según relató al diario La Voz del Interior su padre, José Antonio Villafañe, la noche del 11 de diciembre María Eugenia estaba junto a su hija mayor en el jardín de su casa en barrio San Pedro y le pidió a la chica que pusiera agua para el mate mientras ella atendía una llamada en su celular. Después, dijo, tenía que darle el pecho al menor de sus cinco hijos, un varoncito de 10 meses.
Cuando el agua estuvo lista, la hija salió para avisarle a la madre, pero no la encontró. Había desaparecido y desde entonces nadie sabe dónde está.
La familia decide hacer la denuncia el domingo después del mediodía. Al día siguiente, la policía comunica a los padres de la mujer que ésta se había comunicado por mensaje de texto con una amiga, que esta amiga había llevado el celular a la policía y que los agentes habían logrado convencerla de que atendiera un llamado porque el bebé estaba enfermo.
Según lo que relata el padre de María Eugenia sobre la base de lo que le contaron los policías y la amiga de su hija, la llamada provenía de un celular de Entre Ríos (no era el teléfono de la desaparecida) y, entre llantos, la mujer habría dicho que estaba muy disgustada con toda su familia, que nunca la habían ayudado y que por eso había decido dejar todo y no regresar.
A los Villafañe esto les resulta muy extraño porque, según dice, tenían una buena relación. “Ella vivía para trabajar, se ocupaba de sus hijos, nos llamaba seguido, venía todas las semanas…”, explica José. Y hay un dato más contundente: los hijos son chicos, de 16, 14, 11, 9 años, los más grandes. De 10 meses el más pequeño, que todavía toma el pecho.
Además, el hombre agrega que a la amiga de su hija no le consta que la voz que escuchó en esa comunicación telefónica haya sido de María Eugenia. “Se escuchaba a una persona en crisis de nervios, llorando, hablando entrecortado”, habría dicho la amiga.
Fuera de esto, no hubo ninguna comunicación con la familia ni con nadie cercano.
Eugenia trabajaba en una panadería del pueblo desde hacía 15 años. También hacía de moza cuando había fiestas o eventos.
No estaba en pareja y estaba en conflicto con un hombre al que le reclamaba la paternidad de su hijo más chico. Ese hombre está detenido en la comisaría de Canals y fue imputado por «privación ilegítima de la libertad calificada».
