Mensaje de Navidad

0
Compartir

Monseñor Adolfo Uriona, recientemente investido como Obispo de la Diócesis de Río Cuarto, difundió su primer mensaje.  «La Navidad nos invita, una vez más, a renovar la confianza y la esperanza en el Niño Dios».

uriona

Monseñor Adolfo Uriona, recientemente investido como Obispo de la Diócesis de Río Cuarto, emitió su primer mensaje de Navidad.

El nacimiento del Niño Dios en la Navidadha de suscitar, en el corazón de todo hombre de buena voluntad, un especial sentimientode paz. Esa paz que anunciaron los ángeles a los pastores: ¡Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres!

Ese canto se convierte en un profundo anhelode la gran familia humana: ¡el anhelo de la paz!y,particularmente ennuestra patria,se ha de convertir en un clamor: ¡queremos una Argentina en paz! Queremos que en nuestra sociedad, desgarrada por tantas divisiones y conflictos, reine la paz.

Ahora bien, ¿qué podemos hacer nosotros por la paz?

Ante todo suplicarla porque es un don de Dios, un don demasiado precioso, que tiene que ser cuidadosamente promovido y tutelado. Pero,además, a todos nos corresponde la tarea de trabajar por la paz, estableciendo un nuevo sistema de relaciones de convivencia fundado en la justicia y en el amor; un nuevo orden social, donde impere el respeto, el diálogo, la fraternidad…

¡Que una fuerte cadena de compromiso por la paz una a todos los hombres y mujeres de buena voluntad!

Esta es la invitación que Dios nos hace a los católicos ante esta navidad, pero que es extensiva a los cristianos de otras confesiones, a los hombres y mujeres de las diversas religiones y también a aquellos hermanos y hermanas no creyentes: la paz es un bien que supera cualquier barrera, porque es un bien de toda la humanidad.

Tal como nos ha exhortado el Papa Francisco: “Es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y de acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, memoriosa y sin exclusiones. El autor principal, el sujeto histórico de este proceso, es la gente y su cultura, no es una clase, una fracción, un grupo, una élite. No necesitamos el proyecto de unos pocos, o una minoría ilustrada o testimonial que se apropie de un sentimiento colectivo. Se trata de un acuerdo para vivir juntos, de un pacto social y cultural…” (E. G., 239)

La Navidad nos invita, una vez más, a renovar la confianza y la esperanza en el Niño Dios, para vencer el mal a fuerza de bien y la violencia a fuerza de amor, y para que toda nuestra vida sea un canto de alabanza: “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”.

uriona firma

 

Commentarios

commentarios

Compartir

Dejar una respuesta