Pablo Morales Montenegro (37) llevaba apenas 18 días detenido en el penal San Felipe de la ciudad de Mendoza, acusado de encubrimiento.
Un preso vestido de mujer logró evadir uno de los controles, pero fue descubierto por un vigilador antes de superar el umbral de ingreso al edificio carcelario. A su chaqueta ajustada, sumó una peluca negra que le cubría los hombros, un collar plateado, sombra celeste en los párpados, rubor en los pómulos y lápiz labial rojo para intentar burlar la guardia del penal y escapar como parte de la visita.
Según informa el diario Clarín, Pablo Morales Montenegro (37) llevaba apenas 18 días detenido en el penal San Felipe de la ciudad de Mendoza, acusado de encubrimiento. El domingo por la tarde, durante el horario de visitas, intentó escapar por la conserjería.
El guardiacárcel que lo descubrió dijo que le llamó la atención su vestimenta, demasiado producido para un sitio marginal. Para planificar su huida, Morales se afeitó su barba tipo candado y mejoró el aspecto de su piel con crema y maquillaje. Pero no logró cubrir una seña facial con la que fue identificado: un lunar mediano en la frente, arriba del ojo derecho.
El preso tenía antecedentes por fraudes, estuvo vinculado a una banda que intentó asaltar a un camión blindado en Neuquén y, en 2005, ya había conseguido evadirse de un penal de la provincia de Río Negro.