La acelga

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No siempre los niños comen de buen grado esta verdura, por lo que es bueno apelar a algunas alternativas para incluirla en su dieta y evitar que la rechacen.
Dar el ejemplo: para que el niño acepte un alimento es importante que lo conozca desde pequeño y que el resto de la familia lo consuma habitualmente.
Ser creativos: este vegetal se puede combinar con otros alimentos e incluir en preparaciones variadas, como tortillas, budines, revueltos, croquetas, empanaditas, tarteletas, pizzas, sopas, rellenos de pastas (canelones, ravioles o lasaña).
Armar platos atractivos: donde se pongan en juego diferentes colores y texturas.
Ser perseverantes: intentar varias veces la incorporación del alimento, y en distintas preparaciones.
Involucrar a los niños en la compra y preparación: seleccionar con ellos los vegetales en la verdulería y jugar con los colores y formas. También pueden colaborar en la preparación.
Armar una huerta familiar: resulta más probable que el niño la acepte si participó de su siembra, cuidado y cosecha.
No someterla a una cocción prolongada: además de la pérdida de nutrientes, la cocción excesiva vira el color de la acelga a un verde oscuro no muy agradable, el sabor se torna más amargo y cambia la textura; preferir como métodos de cocción el blanqueado o al vapor.

Lic. en Nutrición Marina Nazetta

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