Juicio histórico

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«Yaca» Vargas está en el banquillo. Llegó acusado de privación ilegítima de la libertad, aunque la Justicia no determinó que sea responsable de su desaparición. Su padre y su hermana solicitaron la probation.

VARGAS

Comenzó y el juicio a uno de los integrantes de la familia Vargas, acusado en la causa Nicolás Sabena. Se trata de José Francisco Vargas, alias el Yaca, quien está acusado de privación ilegítima de la libertad agravada. Por el hecho también están imputados José “Pepe” Vargas y su hija Lucía Inés Vargas, aunque ambos evitaron el banquillo de los acusados al solicitar la probation.
En la primera audiencia declararán Rosa Sabena, su esposo y su hijo, testigos clave sobre lo sucedido en los últimos días de Nicolás, antes de su desaparición.
En una polémica definición, la investigación determinó que los Vargas son los principales sospechosos por la privación de la libertad de Nicolás, aunque no llegan imputados por su desaparición y eventual muerte.

Desenlace fatal

El 1 de diciembre de 2010, la familia de Nicolás Sabena, presentó un escrito ante la Cámara Primera del Crimen que aún debía evaluar la apelación a la prisión preventiva de los Vargas y describió cómo se habría producido el violento desenlace en la vida de Nicolás.
El texto que anticipó TD Digital advertía que el joven habría sido acuchillado y descuartizado. Fue la primera descripción judicial sobre una investigación que aún deriva en la impunidad.
En informe señaló que “la sangre hallada en cuchillo secuestrado en la casa de Vargas es humana, según lo informa el Ceprocor a fs. 584, y el peritaje efectuado con los perros de odorología forense, de modo inequívoco, señala que hallaron el olor de Nicolás en la hoja del cuchillo y en el baúl del vehículo Pointer”.
Añadió que el organismo científico determinó que a través de la prueba del Luminol se hallaron resultados positivos “en la pared de la cocina, en la bañera del baño, en el fondo del balde de albañil que estaba en la pileta del lavadero, en el piso al lado de la cama donde dormía la víctima y en el piso del asiento trasero del Volkswagen Pointer bordó dominio AYK 940 de propiedad de Vargas Miserendino”.
Para el abogado querellante, José Sagarraga, esto “permite suponer también que no solo el chico fue apuñalado, sino posiblemente que su cuerpo haya sido descuartizado en la bañera, y trozado en pileta del lavadero”.
“De manera que esas son pruebas concluyentes que demuestran que la hoja del cuchillo atravesó la epidermis de Nicolás y el olor hallado en el baúl del vehículo no dejan dudas que el cuerpo de Nicolás estuvo dentro del mismo. Circunstancia que ni siguiera pasó por la cabeza de los jueces pese a que expresan en su resolutorio que ha sido la causa objeto de un exhaustivo análisis”, sentenció.

Informe

En respuesta al duro fallo de la Cámara, que cuestionó ampliamente el material probatorio en contra de los Vargas, la querella señaló “el 14 de setiembre de 2008, en horario que no ha podido establecerse con exactitud, pero ubicable entre las dieciocho y las veintiuna horas, José Vargas en compañía de los integrantes de su familia José Francisco Vargas Flores, Lucía Inés Flores y Adelina Flores, retuvieron privándolo de su libertad ambulatoria”.
Se indica que lo habrían trasladado desde la Quinta “a otro lugar aún no determinado por la instrucción, donde lo ocultaron con la finalidad de compelerlo a efectuar el pago de una deuda de dinero, que el mismo Sabena mantenía con los nombrados”
Refiere que Lucía Vargas se comunicaba con Nicolás a través de una línea telefónica, con característica en Rosario, que pertenecía, en realidad, a una mujer que habría sufrido el robo de identidad tras extraviar el documento.
“En allanamiento practicado en la quinta de los Vargas fueron secuestrados numerosos “chips” sin activar para usar, lo que demuestra que las actividades de los imputados nos son precisamente laborales sino evidentemente delictivas. Nadie tiene en su casa “chips” sin activar a los fines de su eventual utilización, salvo quien se encuentra habitualmente dedicado a las actividades ilegales”, consideró el abogado Sagarraga, quien era asesor legal de Sabena.
Con respecto a los ritos esotéricos, evaluó que “de ninguna manera puede tomarse como libertad de culto maldecir a las personas” y manifestó que “eso sólo puede ocurrirles a mentes precarias y delictivas”.
“Además los señores Camaristas parecen olvidar que en el allanamiento efectuado en la Casa de Vargas Parra el 05/08/10, se secuestraron numerosas armas de fuego de grueso calibre. Esto habla por sí solo de las actividades delictivas de los miembros de la mencionada familia”, puntualizó

“Advertencia mafiosa”

Semanas atrás, la quinta de la familia fue objeto de hechos vandálicos. Las agresiones a la propiedad fueron advertidas el pasado viernes, y la policía inició las actuaciones.
Según precisó la madre de Nicolás -el joven desaparecido en septiembre de 2008-, autores ignorados rompieron el sistema eléctrico y el cableado, aunque “no robaron nada”.
En la propiedad que la familia Sabena posee, camino a Tres Acequias, han destrozado todo el sistema eléctrico, dejando sin luz a las instalaciones. Estos hechos, a poco de iniciarse el juicio por la desaparición de Nicolás, a la familia Sabena le suenan a advertencia.
“Vinimos – a la quinta- y nos encontramos con que no había luz, y cuando fuimos al pilar nos dimos con que habían roto todo; la llave térmica, la tapa que cubre el medidor, estaban cortados todos los cables”, explicó Rosa Sabena en diálogo con Telediario.
La mujer, que ya efectuó la denuncia ante la Justicia provincial, dijo que se sintió “muy vulnerada”, y que las agresiones a la propiedad “van mucho más allá de un hecho vandálico común”; “Para mí este es un mensaje mafioso para desentusiasmarnos y no lo van a lograr, aunque esto genera temor”.
Para Rosa Sabena, “es un mensaje mafioso por la cercanía del juicio” a integrantes de la familia Vargas, acusados de la desaparición de su hijo.

Vandalismo

“Ingresaron hasta el frente de la vivienda y destruyeron a golpes un poste. El temor nos ha ganado y creemos que es un claro mensaje mafioso, porque estamos próximos al juicio. Pudieron haber robado, pero no lo hicieron, y es la segunda vez que ocurre un hecho similar. El anterior episodio fue en febrero de 2011″, advirtió.

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