El trailer de «La segunda muerte», lo nuevo del cine nacional

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Antes de su estreno local, Fernández Calvete llevó «La Segunda muerte» a la cumbre festivalera del cine fantástico y de terror de Sitges, Cataluña, donde deslumbró a españoles y asiáticos por su calidad.
Inmediatamente, productores del cine asiático lo invitaron al Pifan, la reunión cumbre del género fantástico y de terror del Asia, que se realiza en la ciudad surcoreana de Bucheon, y Fernández Calvete vendió la película para edición en DVD y Blu Ray.
En Argentina, el filme se vio en el último Bafici con tres salas llenas, que disfrutaron la historia de Alba Aiello, una escéptica y solitaria policía de 35 años que se ha refugiado en un pueblo perdido.
Allí intenta olvidar, y sobre todo esconder, su oscuro pasado, pero una familia entera comienza a aparecer incinerada, uno tras otro, todos en posición de rezo, y sin explicación racional posible.
A pesar de los vínculos y pistas religiosas (en cada una de las muertes se aparece la Virgen María), Alba niega la ayuda del sacerdote local y accede a ser guiada por el Mago, un maltratado niño clarividente de once años, que poco a poco la introduce en un mundo paranormal en el que ella jamás hubiera creído y para el que no parece estar preparada.
El filme está protagonizado por Agustina Lecouna, Guillermo Arengo y Mauricio Dayub, presenta una notable calidad narrativa, elude cualquier tipo de clichés, la aparición de monstruos con cara de goma o de efectos especiales y, con mucho suspenso, cuenta una historia asfixiante y fantástica.

El director Santiago Fernández Calvete charló con Télam sobre el filme:

-¿Cómo nace la idea de la película?

-La idea inicial es una anécdota de adolescente, nos juntábamos con unos amigos a dormir, hablábamos las cosas que nos asustaban y alguien mencionó que la aparición de una Virgen era algo que lo asustaba y los católicos criticaron esa postura, pero yo dije que era una aparición y sea una Virgen o no, una aparición es un fantasma y obvio que asusta. En el 2007 esa anécdota se transformó en un guión, con la idea de que algo que no asusta, puede terminar asustando, algo sobrenatural, una aparición, una imagen.

-¿Cómo se hace para filmar sin efectos especiales y sin recurrir a mostrar monstruos y seres deformes en el género fantástico?

-A mí me gusta mucho el efecto en rodaje, no soy partidario de meterle muchos efectos por computadora en postproducción. Soy de esa escuela, quería hacer una película siempre en rodaje, darle algunos retoques muy chicos en la edición.

-¿Considerás que es una película de terror o de cine fantástico?

-Creo que es una aleación de cine fantástico-policial y suspenso. Puede acercarse al terror, pero no está buscado, puede haber espectadores que se asusten y otros que no. El personaje más aterrador de la peli casi no aparece, es como si al Alien lo escondieras, algo así.

-Pero el terror es un género que te gusta.

-Sí, tengo escrito un guion de terror, pero para realizarse afuera, gracias a la repercusión de «La Segunda Muerte».

Pero la próxima película que quiero filmar en Argentina es un policial, de género, que se va a llamar «Testigo Intimo».

-La película tuvo muy buena repercusión en muchos festivales importantes como Sitges y Montreal. ¿Eso te puede llevar a trabajar en Hollywood?; ¿qué pensas de los cineastas iberoamericanos como Guillermo del Toro que ahora trabajan en Estados Unidos?

-Me gustan cuando no buscan parecerse a Hollywood, mi película no tiene la propuesta de ser clásica, no quiere ser Hollywood, por ejemplo los asiáticos hacen muy buenos filmes de terror.

Llegar a Hollywood y trabajar con ellos te obliga a perder la personalidad y el sello propio, y eso no me gusta. En cambio en una industria como la nuestra, subsidiada, donde el riesgo económico no es algo determinante, tenés más libertades narrativas, mayor espacio para ponerle tu sello a la peli. Hollywood te despersonaliza, no tengo nada en contra de Hollywood, pero perdés la esencia porque el productor o el estudio quieren recuperar el dinero que invirtieron y son los verdaderos dueños de la película. A nivel creativo en Argentina estamos muy bien, no hay nada que envidiar, sí es verdad que los estadounidenses manejan mucho presupuesto. Pero la falta de presupuesto permite ser más creativo, más imaginativo y salirte del cliché.

-¿Cómo fue ir al festival de Sitges, la cumbre del cine fantástico, y recibir tantos elogios?

-No lo esperábamos, gusto muchísimo, ahí mismo en España nos ofrecieron hacer una edición en DVD y en Blue Ray y la película comenzó a circular y nos llamaron de Francia, Alemania, los países de la península Escandinava y del Pifan en Corea del Sur, donde pasan lo mejor de cine de terror y fantástico del Asia. El hecho de que se haya diluido el estreno en Argentina, estiró la felicidad, es una alegría hacerla, verla estrenada, hacer tres funciones llenas en el Bafici y ver la repercusión, que te tienen en los festivales del género.
Ojalá sirva para apuntalar el cine fantástico en Argentina, también apoyar al cine de género. Antes se pensaba que el género fantástico o de terror era una vergüenza y acá se están haciendo muy buenas películas de ese estilo. Además, el público al que se apunta es un público juvenil, que se ha enganchado con el cine argentino de terror o fantástico y te apoya mucho.

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