Lo dijo Miguel Abella, primer intendente desde el regreso de la Democracia. En un informe especial recordó el discurso que pronunció al asumir.
«… Y aspiro a que mi ciudad, al terminar el mandato, se haya caracterizado como la ciudad más solidaria de la República… y en el orden nacional, que la Nación sea puesta por encima de los intereses partidarios e ideológicos…» Miguel Abella recordó un fragmento del discurso que pronunció en 1983, ante una multitud de riocuartenses que celebraban el triunfo electoral y el regreso definitivo de la Democracia.
«El retorno a la Democracia significaba una transición. Sentíamos la profunda responsabilidad para que se pudieran articular todos los sectores políticos, tuvieran ó no representación parlamentaria», afirmó.
Para Abella, «la ética de la solidaridad y la unión de los argentinos fueron fundamentales porque se vivieron épocas de un individualismo extremo».
«El ser humano era visto – y lo había dicho Alfonsín- como un número en una estadística y el hombre es mucho más que esto. Además, en el siglo XX las antinomias entre argentinos impusieron grietas que afectaron toda la posibilidad del progreso», aseveró.
El ex intendente de la ciudad afirmó que «en la Argentina existe una enfermedad de centralismo histórico».
«La Nación acumula recursos que no distribuye con equidad a las provincias y las provinicas ejercen el mismo criterio con los municipios. Las municipalidades son las cenicientas del sistema institucional. Se necesita una desconcretación del poder, que dará mayor autonomía», opinó.