Cuando se queman materiales orgánicos como la madera o la resina de árboles, se desprenden partículas de carbón y otras sustancias que vemos en forma de humo y que son tóxicas para nuestro organismo.
La exposición constante a estos efectos del humo provocados por un incendio puede causar problemas de salud, así lo afirma Alfredo Feria Velasco, miembro de la Academia internacional de Patología de Nueva York. Y agrega: las personas que tienen problemas en los pulmones y en los ojos son las más afectadas. Por eso, los especialistas recomiendan tomar mucha agua y evitar actividades al aire libre.
Los compuestos derivados de la combustión se incorporan a nuestro cuerpo por cualquier vía: la piel, la conjuntiva de los ojos, las vías respiratorias o la digestiva. Según los expertos consultados, pueden llegar a inducir procesos de tipo asmático en algunos pacientes o agravar el asma bronquial preexistente en otros.
Los efectos del humo producen irritación e inflación de las conjuntivas, lo que comúnmente los oftalmólogos llaman: conjuntivitis tóxica. Los especialistas recomiendan: cuidar los ojos con gafas o anteojos. Mientras que para evitar problemas en las vías respiratorias se encomienda utilizar un barbijo para filtrar todas las partículas que están suspendidas en el aire y evitar que lleguen a nuestros pulmones.
Cuando la nube de humo se acerca a un poblado después del incendio, los efectos físicos que sienten las personas son sequedad en la garganta, tos e irritación en los ojos. Ante la presencia de estos síntomas o cualquier duda, consulte a su médico.
Horacio Vivir Mejor