Ensayo general de vencedores vencidos

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Elecciones primarias – opinión.

 

No festejó el gobernador José Manuel De la Sota, quien prefirió viajar a Carlos Paz para acompañar a los bomberos que sofocaron el incendio que tuvo en vilo a vecinos y turistas. No celebró Juan Jure, quien se mostró aliviado por la amplia victoria de Miguel Abella en el departamento y la ciudad, pese a que no integrará la lista en octubre. Tampoco fue una jornada festiva para Ramón Mestre en Córdoba, donde el peronismo sacó más votos que el radicalismo en la sumatoria de candidatos. La elección dejó un ensayo general de vencedores vencidos, aún cuando volvió a consolidar el impacto del bipartidismo provincial.
El gobernador y los intendentes de las dos principales ciudades de la Provincia concluyeron una jornada con suerte dispar en sus apuestas para las primarias, con resultados que no alcanzaron la contundencia que exigen sus aspiraciones para el 2015.
Unión por Córdoba fue la fuerza más votada en la Provincia y ratificó su dominancia en el departamento y la ciudad. No fueron los índices soñados, pero le alcanzó para determinar una importante diferencia sobre el radicalismo.
Haber apelado a la figura de Juan Schiaretti y utilizar toda la estructura partidaria y oficial a favor de la campaña, solo le permitió al delasotismo sumar un 24 por ciento en la Provincia y un  36 por ciento en el Departamento.
El radicalismo volvió a mostrar un piso que con Aguad como candidato se parece mucho al techo y sufrió la imposibilidad de marcar claras diferencias en la capital provincial, a pesar de que el actual diputado nacional superó en el mano a mano a Schiaretti.
La apuesta de Juan Jure por la pre candidatura de Miguel Abella dejó como saldo un contundente triunfo en la ciudad y el departamento, aún cuando varios mandatarios regionales facilitaron el triunfo de Aguad en sus localidades. Sin embargo, la incidencia “del Chicharra” fuera de los límites de sur es escasa y la embestida que Jure propone liderar desde el interior tiene un bajo peso provincial.
Apenas un reducido grupo de optimistas pudo haber anticipado un eventual triunfo del radicalismo sobre Unión por Córdoba en Río Cuarto, aventurando el viento de cola que dejó la elección municipal. Cada votación es un mundo y el microclima partidario poco tiene que ver con la mirada del electorado.
La victoria de Jure sobre el aparato delasotista en la disputa por el sillón de Mójica, difícilmente podría trasladarse a una legislativa, a pesar de que la lista estuvo liderada por un dirigente carismático, ligado fuertemente a la memoria nostálgica del radicalismo.
La evolución de los índices en las últimas tres elecciones de carácter provincial revelan que los ciudadanos hacen una fuerte diferenciación al seleccionar su voto.
Los datos oficiales de ayer, escrutado más del 95 por ciento de los sufragios, advierten que Unión por Córdoba obtuvo el 30 por ciento en Córdoba y el 37 por ciento en el Departamento Río Cuarto. En segundo lugar se ubicó el radicalismo, con un 22 por ciento en la Provincia y un 29 por ciento en la evaluación departamental.
La tercera ubicación fue para el PRO que promedió un 12 por ciento, relegando al cuarto lugar al kirchnerismo, con el 10 por ciento. Luego, aparecen Olga Riutort, Martín Llaryora y la Izquierda.
Sumados todos los votos de opciones peronistas – Schiaretti, Llaryora, Scotto, Riutort y Baldassi-, llegan a casi el 60 por ciento del electorado.
El gran fracaso fue el juecismo, diluido en la propuesta del FAP con poco más del 3 por ciento de los votos. Sin la figura de Luís Juez, la tercera opción política provincial se reduce a una escasa representación.
Tampoco resultó alentador el piso del Frente para la Victoria, que apostó por candidatos sin reconocimiento masivo, aunque podrían crecer de cara a octubre. El oficialismo se consolidó como la coalición con más votos a nivel nacional, pero perdió en los grandes distritos y tuvo una baja abrupta en los porcentajes de adhesión. La dispersión de una oposición sin coincidencias nacionales, es el mejor crédito para el kirchnerismo.

La evolución en números

El comparativo de las últimas tres elecciones de carácter provincial, revelan un electorado que decide según los candidatos en pugna y los cargos en juego.
En el 2009, Unión por Córdoba consiguió en el Departamento un 35,3% para senadores y un 34,1% para diputados, lo que implica 3 puntos menos que ayer.
Sin embargo, en aquella oportunidad, la elección tuvo una mayor fragmentación. El radicalismo había sostenido su media de 24,1 para diputados y 26,2 para senadores, mientras que el Frente Cívico alcanzó el 23 y 22 por ciento, respectivamente.  En la ciudad, el juecismo había superado a la UCR por más de mil votos.

La elección del 2011, ratificó el liderazgo de Unión por Córdoba, aunque con mayor holgura. José Manuel De la Sota fue electo en la Provincia con el 42,4%, Luís Juez alcanzó el 29,6 y Oscar Aguad el 22,8.
En el Departamento, el respaldo en favor del delasotismo se extendió al 54,9%, mientras que la UCR obtuvo el 24,2% y el Frente Cívico el 17,8%.
Finalmente, en la ciudad UPC alcanzó el 57,2% el radicalismo el 20,3% y el juecismo llegó al 18%.
Cuando la comparación se realiza entre legisladores departamentales, la diferencia a favor del delasotismo se redujo. En Río Cuarto, el peronismo se quedó con el 49,7, la UCR con el 36,5 y el Frente Cívico con el 15,3.
El último parámetro electoral en la ciudad refiere a las municipales, donde Juan Jure fue reelecto con el 47 por ciento de los votos, superando al candidato de Unión por Córdoba, Miguel Minardi, que logró el 43,8.
Jure se presentó como el intendente radical que pudo derrotar a la estructura delasotista y en su entorno se entusiasmaron con una provincialización de la imagen del mandatario local.
Las urnas indicaron el domingo que los votos no se traspasan linealmente y que cada elección presenta escenarios disímiles, donde los actores no siempre alcanzan el protagónico esperado.
El peronismo deberá acordar cómo incorporar los 6 puntos de Llaryora en la lista para octubre y el radicalismo podrá optar por ningunear a Abella, aunque Mestre difícilmente podría desestimar la figura de Jure si aspira a gobernar la Provincia en el 2015. La próxima cita legislativa revelará la última señal electoral antes de marcar definitivamente las cartas en la partida donde pocos apostarán con chances.

Por Pablo Callejón (callejonpablo@yahoo.com.ar)
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