Umbanda preso: «Líderes de sectas pueden utilizar una fuerte gravitación psicológica»

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La estrategia de la defensa del Pai Umbanda de intentar apuntar a la niña de 13 años como presunta autora de un juego de seducción, parece convertirse en la última posibilidad del acusado para evitar que su rol religioso actué como agravante en el juicio.
El juez de Control Daniel Muñóz pidió al fiscal que se investiguen mensajes de texto, aunque no modificó la situación de detención del umbanda.
El examen de ADN ratificó que el imputado es el padre de la criatura que dio a luz la víctima y para Di Santo, el abusador se valió de «su calidad de jefe espiritual de la familia de la menor, como “Pai” o autoridad del culto Umbanda, y aprovechándose de la circunstancia  por él generada, de encontrarse solo con la niña, para así –en ambas oportunidades- conducirla desde la cocina hacia el dormitorio del inmueble y ante la resistencia opuesta por la menor, con violencia la tomó fuertemente del brazo manifestándole que iban a tener relaciones, que no gritara, ni dijera nada, accediéndola carnalmente en la cama de la habitación».
El funcionario judicial resaltó que la norma que agrava la situación procesal «ha dejado de lado el término “sacerdote” que utilizara la ley anterior por un concepto más amplio que comprende el término “Ministro de algún culto reconocido o no”.
Para Di Santo, «fue en el debate parlamentario del Senado que se dejó plasmado que este agravante contempla a un ministro de culto reconocido o no, líderes de sectas o todas estas figuras que pueden utilizar una fuerte gravitación psicológica sobre la víctima».
Resaltó que «cualquiera sea el culto que se practique aquel que posea esta calidad será responsable a título de autor»
En igual sentido, Buompadre «entiende que el término  abarca al sacerdote de culto católico, al rabino, al pastor protestante, al guía espiritual de un grupo religioso, al gurú de una secta, etc; al igual que Gavier que sostiene que la mayor criminalidad del hecho responde a que el ataque a la integridad sexual de la víctima fue perpetrado por una persona que, quebrantando su deber de moralidad y honestidad que su calidad especial le imponían, vio favorecida la materialización de sus propósitos delictivos por las facilidades que aquella condición le brindó»
El fiscal que investiga el aberrante epidisodio sustuvo que «el rol de guía espiritual, entiendo se encuentra suficientemente acreditado, no sólo por los aportes testimoniales de la propia víctima y de sus familiares directos, sino de lo conocido a través de la investigación del policía Humberto Omar Colazo que, para más, aportó material fotográfico obtenido de la web, que acredita aquella condición».

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