Lo dijo Hugo, el padre de Bottino. Junto a su hijo vivieron la noche inolvidable de Talleres. «Fui a casi todos los partidos de local de Talleres y nunca vi nada igual… nunca vi llorar a tanta gente», recordó.
Gastón Bottino tiene un gesto desgarbado, displicente, de potrero. El delantero nacido en Las Higueras parece signado por la buena fortuna que ya le aseguró un lugar en las grandes hazañas del fútbol de ascenso.
Los goles en la final de Estudiantes de Río Cuarto ante Crucero del Norte, que le permitieron llegar al Argentino A de la mano de Hugo Mattea, lo convirtieron en uno de los jugadores más queridos de aquel plantel.
Luego, llegó el paso por Brown de Madryn, donde volvió a ser una pieza fundamental para alcanzar el Nacional B. En esa categoría, fue el único futbolística que pudo hacerle dos goles a River. El primero, fue en la caída por 4 a 1 en el sur del país y el segundo, forma parte del recuerdo imborrable: un toque de distinción en el mismísimo Monumental.
Posteriormente, llegó el tiempo de Talleres, uno de los grandes del fútbol de interior postrado durante 4 años en el Argentino A. Cuando anoche 56 mil almas dejaban agonizar sus gargantas en un reclamo unánime por el gol, Bottino dejó su sello en una jugada de crack y un pase a la victoria que terminó en taco y gol.
Con el albiazul, también había sido el autor del gol por la Copa Argentina ante Belgrano, que permitió la clasificación a los 16avos de final. La conquista a los piratas lo dejó, por siempre, en la memoria colectiva de la parcialidad de Talleres.
«Una hazaña»
«Gastón otra vez fue protagonista de una hazaña que valió el ascenso», destacó Hugo, el padre del joven de Las Higueras que se convirtió en uno de los héroes de la T.
Anoche se encontraba junto a su esposa en la platea frente al banco de suplentes, en medio de la multitud que esperaba la gloria final.
«Fue impresionante lo que vivimos. Fui a casi todos los partidos de local de Talleres y nunca vi nada igual… nunca vi llorar a tanta gente», recordó Hugo.
Afirmó que su hijo siempre fue protagonista de las grandes hazañas del ascenso. «Con Estudiantes hizo 3 goles y en el ascenso de Madryn hizo un gol clave y el relator decía: ´gracias Río Cuarto´, fue hermoso», manifestó.
Al hacer referencia al histórico gol a River, Bottino sostuvo que «en el Monumental pidió perdón porque era hincha de River, aunque Gastón siempre transpiró la camiseta, juegue con quien juegue».
Por su parte, Miriam, la madre del goleador, admitió que «anoche se escaparon algunas lágrimas por verlo feliz de la vida».
«Yo he sufrido desde que se fue. De chico no lo dejé ir y de grande decidió irse él… fue finalmente jugador, como quería», expresó.
Gracias Flaco querido. Nunca te olvidaremos quienes estuvimos en la cancha cuando aquella victoria inigualable sobre Crucero del Norte nos hizo tocar el cielo con las manos. Ya has vestido camisetas importantísimas en el fútbol argentino, pero puedo asegurarte que ninguna te ha calzado tan bien como la del glorioso celeste de la avenida España.