La propietaria dijo que la maniobra «estuvo armada». Un vecino relató que quisieron vender hasta su casa. Al llegar a los lotes que afirma haber adquirido hace 30 años, los encontró alambrados.
Elsa Beiza de Chiaramello debió regresar de urgencia a Río Cuarto, luego de que le informaran que valiosos terrenos en la esquina de Muganini y Marconi habrían sido puestos a la venta por personas que aseguraban ser los propietarios.
Al llegar a los lotes que afirma haber adquirido hace 30 años, los encontró alambrados. Cuando comenzó a consultar sobre lo que ocurría pudo conocer que dos personas, que expresaron haber «comprado legalmente» las parcelas buscaban ahora comercializarlos.
Junto a su abogado iniciaron una batalla judicial en la que intentan evitar la ocupación de un predio con alta valor inmobiliario, a 200 metros de la Terminal de Omnibus.
«Vivo en Buenos Aires pero hace más de 30 años compré los terrenos. Ahora quería empezar a edificar, pero hay gente que dice que los han comprado. Esto lo han hecho de mala fe. Incluso quisieron vender lotes con viviendas y hacerlos pasar como baldíos», afirmó.
La mujer aseguró que tiene «la escritura y todos los impuestos al día de Rentas y servicios municipales»
«Ellos dicen tener otra escritura y creo que hay una mafia que se encarga de estas cosas. Estamos iniciando todas las acciones legales para que se conozca lo que pasó. Dicen que los compraron muy baratos y que ya los tienen casi vendidos. No queremos que sigan estafando a nadie», subrayó.
Por su parte, Miguel, quien reside en una vivienda a metros de la avenida Marconi, dijo que se enteró de la operación «por casualidad».
«Hace 20 años que trabajo para la inmobiliario Yácono y ellos me avisaron que estaban en venta 4 terrenos, incluso el de mi casa. Me preguntaron si tenía escritura y se las mostré», expresó.
Añadió que «ellos se dieron cuenta de que había una mano negra que se quería quedar con los lotes».
«Me comuniqué con la gente de Buenos Aires, que son propietarios del resto de los lotes y les pregunté si querían venderlos. Me contestaron que no y les advertí del fraude», aseveró.