El cirujano Godoy Martorelli se confesó culpable y pidió disculpas a las víctimas

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Podría haber juicio abreviado.

El médico cirujano Jorge Godoy Martorelli se confesó culpable y pidió disculpas a los hijos de la víctima, durante la primera audiencia en los Tribunales de Río Cuarto. De esta forma, el abogado defensor Julián Oberti estaría en condiciones de pedir el juicio abreviado.
Si finalmente se concretan la totalidad de las audiencias, se citará a declarar a las empleadas que acompañaron al cirujano en la operación que derivó en la muerte de la paciente María Ofelia Lago, de 58 años.
Darío Lago, hijo de la víctima, manifestó en diálogo con Telediario que su madre había viajado a nuestra ciudad para una cirugía estética en la casa de Martorelli, donde se produjo el deceso «a raíz de una mala práxis, la falta de elementos y la ausencia de habilitación».
«Han pasado mucho años y ahora estamos a punto de ver el juicio. Mi madre lo conocía a este médico porque también tenía un consultorio en San Luis. Se hicieron dos ó tres consultas y él propuso hacer la cirugía en Río Cuarto», precisó.

Derivado

El fin de semana, Godoy Martorelli fue derivado desde Santiago del Estero a Río Cuarto, acompañado por una  comisión policial y fue alojado en la Alcaidía. Está acusado de homicidio culposo por la muerte de Lago,  tras una cirugía plástica en la ex clínica de calle Mendoza al 300.
Tras recorrer varias ciudades del país, eludiendo la búsqueda judicial y policial, el cirujano decidió radicarse en la Capital santiagueña y fue detenido en la vía pública, en la zona de calle Jujuy, donde tiene su domicilio.

El hecho

El 20 de noviembre del 2004, Martorelli inició una cirugía estética en su clínica de calle Moreno 303. La paciente de 58 años fue anestesiada y nunca recuperó la conciencia. Falleció luego de varios paros cardíacos en el centro médico que no contaba con las condiciones adecuadas para actuar ante una emergencia.
El profesional fue imputado de homicidio culposo por el entonces fiscal de Instrucción José Luis Cerioni, aunque mantuvo la libertad debido a que el delito es excarcelable. La familia de Ofelia Lago inició una demanda civil y Cerioni elevó la causa a juicio.
Para evitar el proceso, la defensa del cirujano planteó un pedido de probation. La suspensión del juicio a prueba exige “una indemnización razonable para la víctima” y que se decida la inhabilitación para ejercer la profesión. Martorelli, que había dejado de operar en Río Cuarto, ofreció la insignificante suma de 2 mil pesos y se negó aceptar la segunda condición por lo que siguió practicando cirugías en una clínica de San Luis.
Ante el rechazo del juez de Control y la Cámara del Crimen el caso llegó al Tribunal Superior de Justicia. Godoy Martorelli había fijado domicilio en Río Cuarto como garantía de su libertad y debía cumplir una serie de requisitos que se disponen para los procesados a la espera el juicio. A los 63 años, una posible inhabilitación por 10 años hubiera significado el final en la ejecución de su profesión.
El máximo organismo judicial de Córdoba demoró una resolución del caso y ya nadie controló al imputado. El homicidio que tiene un tiempo de prescripción de 5 años -el máximo de la pena posible- se conducía sigilosamente hacia un final previsible.
El 25 de julio de 2008 el Tribunal  presidido por la doctora Aída Tarditti, con asistencia de las vocales María Esther Cafure de Battistelli y María de las Mercedes Blanc de Arabel decidieron “rechazar el pedido de suspensión del juicio a prueba formulado por Jorge Martín Godoy Martorelli, debiendo proseguir la causa según su estado”. Las actuaciones demoraron más de un año en volver a Río Cuarto.

Por Pablo Callejón (callejonpablo@yahoo.com.ar)
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