El día después de mañana

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Opinión – «Jure apostó por abroquelar el contexto interno radical, asociando a Rins y Abella en una coalición en la que confluyeron  kircheristas, alonsistas y socialistas. Y desde ese frente común resistió la atropellada delasotista, expresada en el más grotesco diagrama de promesas multimillonarias…»

El resultado de la elección dejó cuentas saldadas. Definió a un intendente, 19 concejales y 4 tribunos de cuentas. Juan Jure seguirá gobernando Río Cuarto durante 4 años y el peronismo quedó relegado a un segundo lugar, ratificándose la imposición histórica del radicalismo desde el regreso a la Democracia.
Pero, la elección también expone a quienes mantienen sus deudas impagas: las internas y las del conjunto de la sociedad que definió con su voto a los vencedores y vencidos de un final de carrera tan excitante como la arrolladora campaña electoral.
Juan Jure fue el ganador excluyente de la elección. No había fotos con aliados, ni respaldos foráneos que pudieran cambiar la percepción social que valoraba más su figura que su gestión. La irrupción previa de los Rodríguez Saa se expresaba más en la promesa de viviendas, que en el traslado de adhesiones representadas por el Adolfo ó el Alberto.
Jure apostó por abroquelar el contexto interno radical, asociando a Rins y Abella en una coalición en la que confluyeron  kircheristas, alonsistas y socialistas. Y desde ese frente común resistió la atropellada delasotista, expresada en el más grotesco diagrama de promesas multimillonarias.
La comparación de números revela que Jure perdió apenas un punto en relación a la elección del 2008 y fue el peronismo el que revirtió el revés en Alberdi, hasta alcanzar una nueva polarización que le devuelve el poder opositor. La estrategia delasotista impuesta a Minardi apuntó a los sectores populares, otorgándole el triunfo al justicialismo en Banda Norte y Alberdi, pero confrontó con la percepción del Circuito Centro, donde la clase media es poco gustosa de la entrega de alfajores y pelotas en caravana ó el pedido sin tapujos de un voto por parte de la Mona Jiménez.
Si Jure es el gran ganador, el peronismo dejó dos grandes vencidos: Minardi y el gobernador José Manuel De la Sota. El candidato del PJ se hizo cargo de la derrota, aunque en el imaginario colectivo será difícil olvidar el rol que el mandatario provincial ejecutó durante casi 20 días de irrupción en la ciudad.
Los dirigentes radicales que acompañaron a Jure en el acto final de campaña y la celebración por el triunfo, no ocultaron las señales para De la Sota y resaltaron que el intendente se posiciona como un referente provincial. Jure no podrá buscar una reelección en 4 años y aunque el plazo representa la eternidad en política, un radicalismo anémico de figuras encuentra en el intendente riocuartense y su par cordobés, Ramón Mestre, a las efigies de un cambio.
Jure ratificó en su discurso ante una multitud en el Palacio de Mójica que cumplirá con sus promesas electorales, fundamentalmente la construcción de 2 mil viviendas, y destacó que “hay que trabajar juntos, sin diferencias”, en lo que pareció un mensaje para el gobernador De la Sota, con quien deberá reconstruir un marco de relaciones institucionales.
El frente opositor que condicionará la gestión municipal es, al menos por ahora, un diagrama imprevisible. El peronismo aumentó el número de concejales, con el liderazgo de Juan Manuel Llamosas en el parlamento local, pero tendrá la difícil misión de otorgarle a las bancas un valor cualitativo del que careció durante 4 años. Un partido sin referentes, bulímico de proyectos, sumiso al poder central cordobés y que priorizó endebles acuerdos internos por sobre el interés colectivo, dejó una vez más al justicialismo sin la posibilidad de acceder al Sillón de Mójica. Ahora, se inicia una nueva etapa con el lastre de viejos problemas.
La permanencia de Eduardo Scoppa en el parlamento aparece como una opción saludable ante la polarización extrema de los dos partidos mayoritarios que reunieron el 90 por ciento de los votos.
Cuando se vacía la Plaza y la tensión de la campaña se reduce al olvido, quedan las necesidades inmediatas de los vecinos, los anuncios millonarios y el recelo fiscalizador de quienes esperan de la política soluciones reales, sin sesgos partidarios. Anoche, el Palacio de Mójica fue un bastión del festejo oficialista. Durante semanas, fue también un bunker adicional de la campaña.
La elección dejó padres y entenados de la derrota y dueños y apropiadores de la victoria. Postales clásicas para la memoria política y parciales en la necesidad colectiva de los riocuartenses. El final tiene también un día después y es el tiempo en el que la historia ya no puede valerse de promesas.

Por Pablo Callejón: callejonpablo@yahoo.com.ar
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2 Comentarios

  1. Y como ocurre en cada elección, aparecieron nuevamente voces pidiendo por el uso de «voto electrónico». La más resonante fue la del propio Gobernador, quien propuso utilizar equipos prestados por Brasil (aparentemente ya ha iniciado negociaciones con el estado de Paraná).

    Amén de todos los argumentos en contra de la posibilidad de usar voto electrónico en un sistema (verdaderamente) democrático, el Gobernador De la Sota parece desconocer las objeciones puntuales del caso brasileño.

    Para más información, pueden consultar este artículo: https://blog.smaldone.com.ar/2012/04/16/voto-electronico-supuesto-caso-de-exito-de-brasil/

  2. Mi comentario tiene que ver con la cobertura de anoche.Me pareció terrible las barbaridades que decía Pablo en cuanto a la lentitud en el suministro de los resultados. A quienes realizaban el escrutinio ( si no había ningún inconveniente) les llevaba más de una hora y EL quería en ése tiempo tener ya la información. Fue bochornoso escucharlo sugerir que podría haber fraude porque quien estaba al frente del operativo era el Correo y esto ya había sucedido con las elecciones a gobernador.
    Tal vez no recuerde que NO hubo fraude.
    También sugiero que en la próxima elección forme parte de alguna mesa.

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