Un bebé de 800 gramos fue sometido a una cirugía a corazón abierto

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Un bebé de 800 gramos fue sometido a una cirugía a corazón abierto en el hospital Elizalde de la Ciudad de Buenos Aires, lo que representa la primera vez que se realiza este tipo de intervención en el país a un niño de tan bajo peso.
El bebé, de nombre Alan, nació el 22 de noviembre pasado en el Hospital Sagrado Corazón de Jesús de la ciudad entrerriana de Vasabilvaso, con 27 semanas de gestación, y con una confluencia de tres eventos conjuntos: «sepsis del recién nacido, una hemorragia cerebral y una insuficiencia cardíaca severa», informó el jefe de Cirugía Cardiovascular infantil de ese hospital, Florentino Vargas.
Al mes y medio de su nacimiento y luego de permanecer con un paro cardiorrespiratorio por casi cuarenta minutos se decidió su traslado al Hospital Elizalde de la Ciudad de Buenos Aires, donde se detectó en su corazón «una masa infecciosa que le ocupaba un 70 por ciento de la aurícula del corazón, que podía llegar al pulmón e implicaba un claro riesgo de muerte», por lo que se decidió operarlo.
Vargas explicó en conferencia de prensa que la inédita cirugía se realizó «bajando la temperatura del bebé a 16 grados, se le extrajo la sangre del cuerpo y se abrió el corazón» para extraer su infección.
«Este tipo de cirugías son habituales pero en niños más grandes, de por lo menos dos kilos. No tengo registros que se haya hecho alguna vez una cirugías a un bebe de tan bajo peso» a tal punto que «el corazón de Alan tenía el tamaño de una nuez», señaló Vargas.
El bebé, luego de 30 días de la cirugía, pesa 1750 gramos, destacó Vargas, quien agregó que «la evolución de Alan nos deja mucha esperanza, hoy se alimenta y respira por sus propios medios», señaló.
Por su parte, el jefe de Neonatología del Elizalde, Abel Menalled, explicó que «las condiciones de Alan son bastantes favorables, la hemorragia intercerebral que representa es de pequeña magnitud y no ha aumentado a lo largo del período de internación».
«Las complicaciones que pueda tener en el futuro son aquellas esperables en cualquier otro prematuro de peso semejante y el hecho de que haya sido sometido a esta operación no le incrementa sus riesgos. Esperamos que pueda hacer una vida normal», sostuvo.
Con respecto a la magnitud de la operación y su trascendencia el profesional aclaró que «estos logros se pueden llevar a cabo cuando hay grupos de trabajo bien constituidos y con el apoyo, el trabajo y la dedicación del personal de enfermería altísimamente capacitado, sin ello nuestro trabajo no valdría la pena».
La madre de Alan, Florencia Castro, de 16 años, expresó todo su agradecimiento a «todos los doctores y enfermeras que tanto hicieron no sólo por Alan sino por nosotros».
«Hace poquito que lo pude levantar y tener encima mío, es algo que quería hacer hace mucho. Ver a tu hijo todo abierto, entubado y no poder abrazarlo es muy duro», dijo la joven madre, en referencia a que el bebé debió permanecer con el tórax abierto los primeros días.
También la abuela del pequeño, Sandra Lencina, dio su agradecimiento a todo el equipo del hospital y sostuvo que «fueron meses muy duros, de mucho dolor y llanto para toda la familia».
La mujer explicó que por trabajo se van turnando tanto ella como el papa del bebé, pero que «la mamá está siempre al lado y tiene una fortaleza envidiable, desde el primer momento ella nos dijo que Alan iba a salir de todo esto».
Por su parte, Vargas adelantó que si no hay complicaciones, y Alan se mantiene en estas condiciones podría ser dado de alta cuando «su peso ronde los dos kilos y medio».

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