Los vendedores quieren seguir en las calles hasta marzo y admiten temor por la suerte de la Feria

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Hoy cobraron los créditos. Consideran «fundamental» las ventas durante las fiestas.

Esta mañana, los 31 vendedores ambulantes inscriptos en el registro oficial comenzaron a cobrar los créditos de hasta 15 mil pesos para comprar mercadería y trasladar sus puestos a la Feria del Progreso, ubicada sobre calle Belgrano.
Aunque desde el municipio impulsaron la posibilidad de concretar la erradicación en diciembre, los vendedores pedirán quedarse hasta marzo, para aprovechar las ventas de las fiestas de fin de año y la temporada de verano.
A un año del alquiler del local, por el que el municipio aporta 13 mil pesos por mes, y tras el escándalo por las negociaciones con los vendedores históricos, finalmente el Ejecutivo decidió avanzar en la ordenanza vigente.
Telediario había anticipado el diálogo que mantuvo el secretario de Desarrollo Social Guillermo Aón con algunos implicados en los que se escuchaban ofertas de 50 mil pesos y terrenos.
Los montos que finalmente se acordaron estan muy por debajo del valor negociado, aunque los históricos rechazan abandonar las calles céntricas.

«Tenemos temor»

Franco Castaldi, secretario general del SIVARA, dijo a TD Digital que «el municipio está pagando los créditos tal lo acordado y ahora los muchachos tendrán unos 15 días para comprar la mercadería y habilitar el box que ya le asignaron».
«Estos créditos se devolverán en 36 cuotas. Ahora esperamos que naturalmente se desarrolle el proceso y no nos fijamos plazos», sentenció.
Por su parte, Mónica, quien desde hace 21 años trabaja en las calles, espera poder abrir su espacio de venta de ropa para mujer en la Feria.
«Tengo temor de dejar la calle. Nos metemos en un local y no sabemos que va a pasar, la verdad me da miedo. Tengo 3 hijas y en la familia el único ingreso es la venta del puesto», reconoció.
Mónica manifestó que «por el plato de comida de mis hijas si la Feria no funciona voy a volver a la calle».
Liliana coincidió en que «existe preocupación por lo que pueda pasar pero  también hay expectativa de que podamos alcanzar el éxito».
«Le ponemos todas las ganas para que el proyecto nos beneficie. La verdad, estoy cansada del frío y del calor. A mis hijos los expuso durante mucho tiempo al aire libre y estar bajo techo puede ser una bendición», aseveró.
Para Ricardo, vendedor de jueguetes y bijouterie, «es necesario que la feria funcione porque está en juego el sustento de muchas familias».
«Queremos que esto funcione y si no es así, habrá que conversar nuevamente. Tenemos que vivir y eso está claro. ¿Si no funciona qué vamos a hacer? ¿Nos vamos de la ciudad?», se preguntó.

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