Aunque muchos vendedores continúan en las calles, inauguraron la Feria del Progreso

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El local comenzó a funcionar esta semana sobre calle Belgrano.

Durante la mañana quedó inaugurada la Feria del Progreso, el local habilitado para relocalizar a más de 30 vendedores callejeros inscriptos en un registro municipal.
Aunque la mayoría de los puestos continúan en las calles donde funcionan las peatonales, la galería abrió formalmente sus puertas.
El edificio había sido alquilado en diciembre del 2010 y permaneció vacío durante un año, hasta que el municipio entregó los créditos y una decena de vendedores optó por ocupar los boxes.
El 26 de diciembre, después de la festividad de Navidad, los beneficiarios deberán dejar las calles y solo quedarían un grupo de 5  históricos que resisten la erradicación.
Sin embargo, se prevé que en enero la Feria aparezca con una actividad reducida debido a que varios vendedores  se trasladarán hacia las zonas turísticas.
El escándalo por las negociaciones con ofertas de dinero y terrenos a los vendedores tuvo en jaque un proyecto de regularización de la venta callejera, que incluyó fuertes protestas frente al Palacio de Mójica.

«Estamos muy contentos»

Tras la inauguración, el intendente Juan Jure recorrió el interior de la feria acompañado por el secretario general del SIVARA, Franco Castaldi, y afirmó que «estamos muy contentos por la apertura».
Jure sostuvo que «se ha hecho un esfuerzo muy grande para avanzar sobre esta problemática y hoy hemos dado un paso importantísimo».
«Es un proceso que debemos resolver de manera definitiva y lo hemos podido hacer sin ejercer la violencia. Se podría haber hecho de otra manera, pero es muy importante avanzar de esta forma», opinó.
Por su parte, el secretario de Desarrollo Social, Guillermo Aon, destacó «que más allá de contar con un lugar propio para trabajar y dejar de ocupar lugares públicos, de esta forma los trabajadores se sumaron al sistema formal del comercio, con lo cual comenzaron a gozar de una obra social y de una jubilación, hecho que resultaba impensado poco tiempo atrás».
Una de las vendedoras,  Karina Cardozo dijo emocionada que “uno ahora se acuerda de tantos días de frío, de calor, de lluvia».
«Es una bendición para mí y para todos los que vamos a estar aquí. Trabajar bajo un techo y en condiciones dignas. Yo no reniego de lo que he hecho porque gracias al trabajo en la calle pude mantener a 3 hijos y hoy una de ellas estudia en la Universidad, pero la verdad es que esto es un gran ayuda para todos nosotros y pueda ser que siga adelante”, expresó.

 

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