Unidos y dominados

El peronismo de cara a las elecciones municipales – Opinión

Las pintadas que cuestionaron la construcción del puente en Alberdi y lanzaron descalificaciones al gobernador Juan Schiaretti, fueron firmadas por La San Martín, una agrupación de kirchneristas con incidencia en la comunidad estudiantil universitaria. La militancia K que silbó a Schiaretti en los actos junto a Cristina es la misma que resistió la candidatura de José Manuel de la Sota. El canterismo buscó rápidamente distanciarse, pero el murallón fue más que una postal de enojo juvenil.
El kirchnerismo y el peronismo cordobés han convivido en una histriónica relación que pretendió ser institucional y nunca de convivencia política. El cordobesismo se desmoronó en una lista de diputados que no pudo superar las primarias, pero la idea de una alianza partidaria con el modelo K es solo una señal oportunista.
En Río Cuarto, las fragmentaciones internas han convertido al sector en una posición bulímica y confusa, sin liderazgos ni sucesores. Alberto Cantero lanzó que solo un peronismo unido podría recuperar el Palacio de Mójica y espera, como otros dirigentes justicialistas, encontrar al hombre ó la mujer que unifique tantas diferencias.
El cuadro de un peronismo compacto que intentaron dar los dirigentes que acompañaron a Schiaretti en el acto de inauguración del puente, fue solo una mirada forzada y coyuntural. No alcanzarán los gestos voluntariosos de presencia si el tiempo devora las posibilidades de hallar un candidato con chances de disputarle a Juan Jure sus sueños de reelección.
Adriana Nazario ocupa el primer lugar de las diferencias. La Dama del Poder podría asimilar la imagen positiva de su pareja en Río Cuarto, genera adhesiones de diferentes sectores internos y preocupa en las encuestas que maneja el Ejecutivo. Sin embargo, la ex funcionaria municipal y provincial nunca dio lugar a señales que den aire a las especulaciones del PJ.
El otro nombre es Miguel Minardi, fuertemente golpeado por la crisis de los empleados provinciales que podría extenderse hasta fin de año, y aún más. El viaje a los Estados Unidos busca ser una vía de escape al desgaste diario, pero también acorta los tiempos para instalar su figura.
El tercero en disputa es el ministro Carlos Gutiérrez, un schiaretista puro que podría tener continuidad en el gabinete del próximo gobierno, aunque no genera la cohesión interna que intentan alcanzar desde la conducción local.
Hay otros postulantes en la lista que emergen como entusiastas posicionamientos en medio de la confusión generalizada.
Delasotistas, schiaretistas, neo kirchneristas, canteristas, acastellistas, adherentes y disidentes, confluyen en un peronismo que se busca así mismo, en una carrera contrarreloj.
Las campañas se han acortado y existe un desgaste colectivo por la sucesión de elecciones provinciales y nacionales. Sin embargo, después de tres años de tránsito, la carencia de conductores enfrenta al justicialismo a un debate limitado por la urgencia. El fin de año y los meses de verano diluyen aún más la atención del electorado y todo hace prever que Jure  intentará acelerar la fecha de votación.
En los últimos cuatro años, en Río Cuarto lograron victorias tan contundentes como disímiles Jure, Gutiérrez, De la Sota y Cristina. Como en el resto del país, los electorados priorizan el nombre por sobre las viciadas estructuras y ese es el principal déficit del PJ. Mientras el intendente busca la cohesión de su gabinete en los últimos meses de gestión y apunta desde la obra pública a multiplicar los actos de inauguración, la oposición se cruza en mensajes virulentos ó fotografías forzadas.
El acto sobre el puente volvió a sorprenderlos unidos y dominados por sus diferencias y contradicciones.

Por Pablo Callejón (callejonpablo@yahoo.com.ar)
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