La mamá de Thiago fue trasladada a Río Cuarto y declaró ante el fiscal

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La joven, imputada de homicidio, sufría golpes, abandono y era obligada a prostituirse. Fue indagada esta mañana por el fiscal Guzmán. La mamá brindó su versión sobre cómo ocurrieron los hechos y ahora el fiscal debe resolver su situación procesal.

El cuerpo ha sido testimonio del infierno de Jimena: en la piel quedan las secuelas de violentas golpizas y quemaduras y en su rostro, la adolescencia marcada por la marginalidad y el ejercicio de la prostitución.
Tiene 17 años pero su vida acumuló el martirio de la pobreza extrema que la segregó «al más absoluto desamparo», como explicó el juez de Niñez y Adolescencia, José Varela Geuna.
La joven fue trasladada hoy a Río Cuarto para ser indagada por el fiscal de Instrucción Walter Guzmán, acusada por homicidio agravado por el vínculo, tras el brutal crimen de su hijo Thiago.
Según indicaron fuentes de la fiscalía, la mamá brindó su versión sobre cómo ocurrieron los hechos y ahora el fiscal debe resolver su situación procesal.
Desde el homicidio del bebé de un año y medio, Jimena permaneció alojada en un centro de contención juvenil de Córdoba, donde fue sometida a un tratamiento interdisciplinario.
La madre asegura que está embarazada de 4 meses, aunque su presunción surge de la demora en el ciclo menstrual debido a que hacía mucho tiempo que no visita un médico.
«Hemos receptado algunas cuestiones preliminares sobre el abordaje y buscamos alguien en la familia extensa que pudiera hacerse cargo de la joven, quien fue hallada en un estado de marginalidad y desamparo total. Hasta ahora, ningún familiar se presentó para hacerse cargo de la menor», confirmó Varela Geuna.
El magistrado sostuvo que la situación de la mamá de Thiago «era muy complicada» y resaltó que desde lo social «es también una víctima»
La joven ejercía la prostitución desde el inicio de su adolescencia a cambio del dinero que le permitía subsistir, sin tener un domicilio fijo, ni una mínima contención familiar.  Durante meses no veía a su hijo, pero nunca delegó la potestad sobre la criatura.
Aunque sobre la mamá pesa la misma imputación que se definió al padrastro de Thiago, Elías Olivo, las principales sospechas en la autoría del aberrante crimen apuntan contra el joven de 20 años alojado en la Unidad Penitenciaria Número 6.

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