Cumbre reclamó que se «reanuden las negociaciones» por Malvinas

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Todos los gobiernos que participaron del encuentro pidieron que se retomen las conversaciones entre la Argentina y el Reino Unido para llegar a «una pronta solución» en el conflicto por la soberanía del archipiélago austral.

La XXI Cumbre Iberoamericana terminó en Asunción con un firme apoyo a una redefinición del rol del Estado como forma de afianzar el crecimiento en América latina y evitar el contagio de la crisis internacional, en un debate que tuvo como hecho destacado la tensión que generó el rechazo del presidente de Ecuador, Rafael Correa, a la presencia en el foro de una autoridad del Banco Mundial.
El tema central del encuentro, dedicado a la modernización y reformulación del Estado, dominó esta mañana las intervenciones de los jefes de Estado y de Gobierno y demás autoridades de los 22 países que componen el organismo, integrado por los países de América latina más España, Portugal y Andorra.
Los presidentes que intervinieron en el debate coincidieron en postular la redefinición del Estado para achicar las diferencias sociales y lograr que el desarrollo económico mejore la situación de los más pobres a partir de mejoras en la educación y más apoyo para las investigaciones científicas y técnicas.
El tema del Estado constituyó también el centro del documento final de la cumbre, denominada “Declaración de Asunción”, que fue aprobada hoy por todas las delegaciones junto con 13 comunicados especiales.
Uno de esos comunicados reafirma la necesidad de que los gobiernos de la Argentina y el Reino Unido “reanuden, a la mayor brevedad posible, las negociaciones tendientes a encontrar una pronta solución a la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur”.
El presidente anfitrión, Fernando Lugo, agradeció los aportes hechos por las distintas delegaciones a la cumbre, y mencionó las contribuciones de los gobiernos de Argentina y España por la colaboración prestada en esta ocasión.
Es que estos dos gobiernos y el de Paraguay integraron la troika establecida como nueva mecánica de trabajo, que integran el país que deja la secretaría pro témpore y las siguientes dos naciones que ejercerán esa tarea.
Luego de un informe sobre los trabajos preparativos para la cumbre hecho por el canciller paraguayo, Jorge Lara Castro, hubo una rueda de discursos de representantes de organismos internacionales.
Cuando se anunció la presentación de la vicepresidenta del Banco Mundial, Pamela Cox, Correa manifestó su repudio por esa presencia, dado que -dijo- la funcionaria “chantajeó” a su gobierno en una ocasión, negándole un crédito porque había cambiado la política económica ecuatoriana.
Correa se retiró durante la exposición de Cox, no sin antes agregar que no entendía por qué se presentaban en este ámbito “representantes de organismos que nos impusieron recetas neoliberales” y revelar que cuando asumió la presidencia de Ecuador expulsó del país al representante del organismo crediticio “junto a su socarrona sonrisa”.
Algunos presidentes dedicaron sus alocuciones a hablar de las situaciones de sus respectivos países, como el boliviano Evo Morales y el guatemalteco Alvaro Colom, y otros se detuvieron a analizar el tema de fondo y a proponer alternativas de crecimiento y de diversificación de políticas comerciales.
Morales comentó diversas mejoras que las comunidades indígenas tuvieron durante su gobierno, en un intento de “aclarar “puntualizó- algunas cosas que se hablaron por la cuestión del TIPNIS”, en referencia al diferendo que mantuvo con el sector aborigen por la construcción de una ruta que atravesaba una reserva natural.
Colom, a su vez, explicó que Guatemala es víctima de dos fenómenos que no impulsa: el narcotráfico y los desastres naturales.
“La droga se va para el país consumidor (por EEUU) y a nosotros nos queda la muerte y las armas, y el cambio climático nos produce catástrofes, pero los países emisores de CO2 no nos asisten”, lamentó.
A su turno, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, recomendó a los países que aún no fueron alcanzados por la crisis que adopten «planes urgentes» para incentivar la actividad económica mundial ante los riesgos de que la crisis actual experimente un efecto global.

 

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