Por Franco Ayesa, presidente de la FURC
Nadie es el mismo luego de charlar con un joven hondureño que no encuentra un compañero desde hace varios meses, de una colombiana que vive la persecución ó de ver a los más de 400 estudiantes chilenos asistentes al CLAE reclamar por la educación pública en su país.
La semana pasada sucedió algo histórico para el Movimiento Estudiantil riocuartense: en ocasión del XVI Congreso Latinoamericano de Estudiantes, realizado en Montevideo, Uruguay, casi 700 estudiantes asistimos para debatir en el marco de la instancia máxima que tenemos como estudiantes americanos. El esfuerzo de nuestra Federación, de Facultades y Universidad han sido muy importantes para hacer posible esta experiencia a nuestros Estudiantes.
La OCLAE (Organización Continental Caribeña y Latinoamericana de Estudiantes) nació hace 45 años como una organización estudiantil continental para resistir a los embates del imperialismo en América Latina, proponiendo modelos alternativos de educación y sociedad. Los jóvenes nos sentimos fuertemente identificados en esos primeros postulados que reclamaban por autonomía, cogobierno, justicia social y por Universidades que respondan a las necesidades del Pueblo y no sólo de los grupos concentrados de poder económico y político.
Este OCLAE tuvo mucho de ello: mostró a 5000 estudiantes de 18 países de América discutiendo sobre cómo debemos entender y actuar ante la actual crisis del capitalismo que deja a millones de personas sin trabajo; que avanza sobre universidades, privatizándolas, aumentando los aranceles e interviniendo en el diseño de sus planes de estudio, sus investigaciones y sobre el Movimiento Estudiantil, fragmentándolo o criminalizándolo como en el caso de Chile, Honduras, Colombia y Puerto Rico.
Haber compartido debates, charlas, momentos de dispersión con estudiantes de otros puntos de América ha enriquecido al Movimiento Estudiantil riocuartense, que hoy vuelve con un grado mayor de conciencia de los problemas que aquejan a nuestro continente y sus causantes. Nadie es el mismo luego de charlar con un joven hondureño que no encuentra un compañero desde hace varios meses, de una colombiana que vive la persecución, los desplazamientos y el vivir escondida por sólo presidir una federación; nadie es el mismo luego de escuchar y ver a los más de 400 estudiantes chilenos asistentes al CLAE reclamar por la educación pública en su país y por que se acabe la represión, los gases, la criminalización de quienes sólo piden algo justo: educación pública, gratuita, del pueblo, democrática.
Los estudiantes venimos más convencidos de que ningún pueblo se salva solo y que sólo en la unidad se podrá construir esa sociedad nueva, sin excluidos: unidad entre Docentes, Estudiantes, trabajadores, organizaciones sociales, sindicales; unidad dialéctica entre discurso y práctica, entre teoría y acción, sabiendo que la realidad social es algo que todos construimos desde cada uno de nuestros espacios, por más exentos de política que nos parezcan.
Por ello, llamamos a continuar profundizando las relaciones, los vínculos entre claustros y con la comunidad; a modificar los planes de estudio, que siguen, en su mayoría, siendo los mismos que en los 90. Convocamos a debates amplios, con todos los actores; a profundizar las líneas de investigación que aporten a las comunidades a partir del concepto de conocimiento público y social; a rearticular mecanismos de comunicación Universidad-Sociedad, reglamentando y poniendo en funciones el Consejo Social de la UNRC; a profundizar líneas de intercambio con Universidades latinoamericanas abocadas a sus pueblos; a valorar lo conseguido. No claudicar en las banderas que reclamen por más inclusión, más articulación, más y mejor educación para un Pueblo que la necesita y una Historia que la reclama. “El futuro nos pertenece. Ha de llegar el amanecer del sol y el florecer del día de una linda primavera”.
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