Un año del casamiento igualitario – «Muchos no toman la decisión porque todavía existe miedo»

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Redacción Telediario Digital – Los nombres de Facundo Martínez y Samuel Sánchez aparecen inscriptos en la primera libreta de casamiento igualitario en la ciudad. A un año de la aprobación de la ley, se convirtieron  en símbolo de un derecho de minorías con aceptación de mayorías. Junto a una pareja de lesbianas, fueron pioneros en el ejercicio de una norma que definió un cambio histórico aunque sean pocas las historias de parejas gays que dieron el sí.
«Estar casado para mi significó otra historia. No es más seguridad, sino adquirir derechos y obligaciones de ley. Lo que es de él es mío y lo mío es de él», consideró Facundo.
Evaluó que el contexto en el que se generó el debate por el casamiento igualitario «fue con incertidumbre por la presión de un pulpo como es la Iglesia» y admitió que «muchos aún no toman la decisión de casarse porque todavía existe miedo».
Facundo, protagonista de un episodio inédito en la lucha por los derechos homosexuales de la ciudad estuvo alguna vez casado con una mujer y es padre de dos hijas. Ellas se convirtieron en un sustento ineludible de contención.
«No me interesa lo que piensa la gente. Mis hijas fueron las primeras en saber mi condición y siempre me apoyaron. Somos uno solo», expresó.
Para Samuel, la decisión que tomaron no los convierte en símbolos y resaltó que «si se animan, hoy todas las parejas gays pueden tomar la misma decisión».
La resistencia de la Iglesia nos le hizo perder la fe por un cambio social adquirido, en una transformación que consideran definitiva.
«Yo pertenecía y advertía que había cosas que no podés hacer. Pero, no dejé de creer y soy uno de ellos. No se puede tapar el sol con los dedos. Dentro de la Iglesia también estamos insertos», opinó.
El Congreso Nacional sumó al debate por el casamiento igualitario, una reforma en la Ley de Adopción y una Ley de Identidad de Género. Facundo y Samuel esperan que senadores y disputados también les permitan la potestad de ser padres por adopción.
«Yo quiero adoptar, lo hemos hablado, aunque todavía no es el momento», admitió Samuel. Su pareja coincide con el anhelo, aunque prefiere adoptar «un niño y no un bebé».
«El tiempo de cambiar los pañales ya lo viví y ya pasó. No me imagino con una criatura en mi departamento», reconoció Facundo.
Argumentó que «más allá de nuestra decisión hay un cambio que no se puede detener», aunque sostuvo que «todavía tiene que pasar mucha agua debajo del puente para que todos los reclamos sociales puedan cumplirse».

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