Llegaron los padres de Sorondo, pero aún no hallaron al andinista riocuartense

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Lograron ver la carpa que utilizó el joven. Esperan hallar con vida a Sorondo. Foto La Gazeta de Tucumán.

Esta mañana fue avistada la carpa del andinista riocuartense Alejandro Sorondo, de 32 años, quien está extraviado desde el sábado 2 de julio en el cerro conocido como «Las dos lagunas», en los nevados del Aconquija, a más de 5.200 metros sobre el nivel del mar.
Según informa el diario La Gazeta de Tucumán, el hallazgo se hizo desde uno de los helicópteros que participan de las tareas de rescate. Sin embargo, el tiempo desmejoró y se teme que empeore, lo que obligaría a detener la búsqueda, informaron fuentes oficiales.
El rastrillaje es realizado por tres equipos que están integrados por andinistas experimentados, miembros del Grupo CERO de la Policía, personal de Parques Nacionales, de Defensa Civil de la provincia y bomberos voluntarios. Durante la mañana llegaron los padres de Sorondo, Carlos y Carmen, al campamento base de la comuna de Alpachiri, para seguir de cerca el desarrollo de las actividades. Junto a ellos también se encuentra la novia del joven.
El subjefe de la Policía, José Pedraza, quien monitorea las tareas de rescate, informó que aún mantienen esperanzas de encontrar al muchacho con vida. «Quiera Dios que tengamos un hallazgo exitoso, todos están trabajando de manera intensa», reflexionó
El funcionario policial informó que los helicópteros que sobrevuelan la zona pertenecen a la Policía, de Santiago del Estero, y a Gendarmería, de Córdoba. Ambos, además, trasladaron a los socorristas desde la comuna de Alpachiri hasta los 4.000 metros de altura. A los 5.000 metros trabajan miembros del Club Andino de Tucumán: Carlos, Manuel y Hernán Parajón, Marcelo Soria y Cristian Mur.
Por estas horas, en base a información del Servicio Meteorológico Nacional, trascendió que algunos datos que dio a conocer el guía Pablo Zelaya -quien estaba junto a Sorondo cuando desapareció- no se corresponderían con los registros oficiales. Esta situación, sin embargo, obedecería al estado de sock que sufrió el experimentado andinista al intentar salvar su vida en medio de una intensa tormenta con vientos de hasta 100 kilómetros por hora.

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