En la mira: ¿Cómo es la búsqueda de personas en Río Cuarto?

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En Río Cuarto la desaparición forzada de personas ha dejado secuelas dolorosas en la memoria colectiva.  En todos los casos que actúan como antecedentes, el denominador común ha sido la conjugación de desinteligencias, pasos en falso e impunidad.

Clave:
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¿Son suficientes los recursos en la ciudad para investigar este tipo de hechos?

«Cuando desapareció Nicolás creyeron que se trataba de enojo con los padres y nunca evaluaron el contexto en el que estaba. Se perdió un tiempo fundamental que hizo frustar la investigación», resaltó hace poco más de un año el doctor Martín Aspitia, ex abogado de la familia Sabena, y sus palabras parecieron una premonición.
En Río Cuarto la desaparición forzada de personas ha dejado secuelas dolorosas en la memoria colectiva. Al hallazgo de los primitos Noriega en el interior de una vieja heladera, el enterramiento de Lorena Micaela Avila en el patio de la casa de un abusador, la búsqueda infructuosa de Ale Flores durante 18 años, la desaparición y muerte del camionero «Chapita» García y la total incertidumbre sobre el destino de Nicolás Sabena, se suma el drama de la familia Ferreira por la ausencia intempestiva de su hija Vanesa.
En todos los casos que actúan como antecedentes, el denominador común ha sido la conjugación de desinteligencias, pasos en falso e impunidad.

Desde el inicio

Con Vanesa, a diferencia de lo ocurrido en el inicio de la causa Sabena, se la buscó «desde el mismo momento de la denuncia». Los fiscales tienen la orden de la Fiscalía General de disponer actuaciones sin dilaciones ante la presunción de que el desaparecido pudiera ser víctima de trata de personas, ejercicio de la prostitución ó secuestro delictivo. La exigencia se profundizó a partir de la ley nacional sobre trata.
A cargo de la causa por Vanesa se encuentra el fiscal Javier Di Santo, quien sustenta el accionar en el aporte de la División Investigaciones de la Policía. Además, se sumó el aporte del área de Derechos Humanos que firmó recientemente un convenio  con el Registro Nacional de Menores Extraviados.
«A las 24 horas ya estaba la imagen de Vanesa en el diario y el canal de Río Cuarto y se pidió la colaboración de los medios nacionales. No hemos descansado un segundo en la investigación», aseguró Di Santo.
En la ciudad ya se denunciaron 25 desapariciones de menores en el 2011 y el caso de la joven oriunda de Rancul tiene en vilo a la Justicia.
¿Son suficientes los recursos en la ciudad para este tipo de hechos?  El fiscal señaló que «no hay dispositivos especiales para esta tipo de búsquedas», sino que apela a la estructura de investigación de la Departamental.
La incorporación del ayudante fiscal, como una derivación de la Policía Judicial, es otro de los argumentos judiciales para agilizar actuaciones.
En Tribunales creen que las dificultades para este tipo de casos «no es diferente al de otros hechos delictivos».
«Se han pedido las sábanas telefónicas y se hizo un trabajo de campo con testigos y allanamientos. Se han evaluado los chats, los correos electrónicos y las posibles relaciones de Vanesa. Aunque aún no hay pruebas firmes, seguimos trabajando», sostuvo el fiscal.

Policía Científica

La Justicia suma deudas pendientas por causas irresueltas y la Política desnuda sus flaquezas por anuncios nunca cumplidos. La creación de un delegación local de la Policía Científica, prometida en pleno auge mediático del caso Nora Dalmasso, nunca se produjo.
El organismo está radicado en Córdoba y desde las fiscalías penales deben enviar el material probatorio para pericias complejas.
El mecanismo tiene al menos tres dificultades: los riesgos en la conservación de muestras, las posibles falencias en el traslado y la extensión en el reconocimiento de los resultados.
En tiempos en los que los crímenes pueden ser resueltos por el dictamen del ADN, los peritos forenses debieron pagar de sus bolsillos algunos insumos para realizar pruebas por el crimen de Nora Dalmasso.
Las fiscalías están abarrotadas de causas y los artilugios de abogados «especialistas en embarrar la cancha» pueden demorar, dificultar ó impugnar pruebas signadas por errores funcionales y administrativos.
Las sospechas sobre la eficiencia en la tarea judicial se enfrentan a un nuevo reto. Vanesa no aparece y el paso del tiempo asfixia como su ausencia.

Por Pablo Callejón (pjcallejon@yahoo.com.ar)

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