El largo brazo de la ley

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Por Guillermo Geremía – 13 años, 6 meses y 11 días después del crimen de los esposos Cardarelli el largo brazo de la justicia terminó condenándolo a pasar buena parte del resto de sus días en la cárcel al encontrarlo culpable de haber dado muerte con alevosía a la pareja de amigos.
No fueron movimientos impensados sino planificados. Se sacó la parte superior del impecable ambo azul, desarmó el nudo de la corbata y la retiró de su cuello. Quedó en camisa blanca con el botón superior cerrado. Ricardo De la Reta pareció vestirse de condenado en la mismísima sala en donde volvió a proyectarse la película del sábado 6 de setiembre de 1997.
13 años, 6 meses y 11 días después del crimen de los esposos Cardarelli el largo brazo de la justicia terminó condenándolo a pasar buena parte del resto de sus días en la cárcel al encontrarlo culpable de haber dado muerte con alevosía a la pareja de amigos.
Los casi 14 años de libertad del sospechoso inicial del horrendo doble homicidio y la dura sentencia sorprende por contraste. Una Justicia que tardó tanto en investigar a fondo lo ocurrido puso en cuatro días a las sombras para siempre a quien a las 4 horas del hecho policial ya se había instalado como el autor del delito.
Pasó tanto tiempo que cuando mataron a los Cardarelli investigaban los jueces y ahora los fiscales. La Justicia estaba en el pedestal de las instituciones sociales y sólo habitada por probos magistrados. Hoy para los delitos graves la gente común se suma como jurados populares y el Poder Judicial está tan o más sospechado que otras instituciones de la democracia.
“El paso del tiempo benefició a mi defendido”, afirmó en el desarrollo del proceso, Enrique Depetris, el abogado defensor de Ricardo De la Reta. Fue un error de estrategia o un exceso de confianza. Pero la especulación tenía sentido lógico. ¿Si habían demorado más de una década para juntar las pruebas para acusarlo en un juicio oral y sólo encontraron indicios, porque no pensar que condenarlo era jurídicamente improbable?. Si la causa acumuló tantas idas y vueltas judiciales fue en mérito de las permanentes apelaciones de la estrategia defensiva del condenado y también de la inexplicable morosidad de algunos funcionarios judiciales para hacer su trabajo. ¿Un inocente no quiere sacarse cuanto antes las sospechas que sobre él se depositan antes que dejar que pasen los años?
En las audiencias también contrastó el comportamiento de los familiares de los Cardarelli con la conducta del condenado y su ex esposa. Madre e hijos de se mostraron cautelosos respecto de los resultados del juicio. Sobre todo los hijos dieron cuentan de una mesura exenta del justificable rencor que el tiempo pudo haber acumulado a lo largo de tantos años. Mientras que Estela Borghi, la ex esposa de De la Reta , no dudo en alimentar sin pruebas el señalamiento hacia Francis Cardarelli por los negocios turbios con el combustible en el que supuestamente estaba metido. Pero más sorprendió aún, la salida del silencio del acusado responsabilizando a la policía por su situación y realizando graves denuncias contra los investigadores que hubiera sido oportuno las efectuara en su momento.
Sin nuevas pruebas sustanciales incorporadas en el juicio y con los mismos indicios que los hicieron sospechosos desde el primer momento, De la Reta pasó a ser un beneficiado por la desidia judicial o un condenado a vivir el resto de la vida en la cárcel.
No pudo evitar que el largo brazo de la ley lo alcance, pero tanto tiempo después a todos nos queda la duda razonable sobre si se habrá hecho justicia.

El largo brazo de la ley. Por Guillermo Geremía No fueron movimientos impensados sino planificados. Se sacó la parte superior del impecable ambo azul, desarmó el nudo de la corbata y la retiró de su cuello. Quedó en camisa blanca con el botón superior cerrado. Ricardo De la Reta pareció vestirse de condenado en la mismísima sala en donde volvió a proyectarse la película del sábado 6 de setiembre de 1997.13 años, 6 meses y 11 días después del crimen de los esposos Cardarelli el largo brazo de la justicia terminó condenándolo a pasar buena parte del resto de sus días en la cárcel al encontrarlo culpable de haber dado muerte con alevosía a la pareja de amigos.Los casi 14 años de libertad del sospechoso inicial del horrendo doble homicidio y la dura sentencia sorprende por contraste. Una Justicia que tardó tanto en investigar a fondo lo ocurrido puso en cuatro días a las sombras para siempre a quien a las 4 horas del hecho policial ya se había instalado como el autor del delito.Pasó tanto tiempo que cuando mataron a los Cardarelli investigaban los jueces y ahora los fiscales. La Justicia estaba en el pedestal de las instituciones sociales y sólo habitada por probos magistrados. Hoy para los delitos graves la gente común se suma como jurados populares y el Poder Judicial está tan o más sospechado que otras instituciones de la democracia.“El paso del tiempo benefició a mi defendido”, afirmó en el desarrollo del proceso, Enrique Depetris, el abogado defensor de Ricardo De la Reta. Fue un error de estrategia o un exceso de confianza. Pero la especulación tenía sentido lógico. ¿Si habían demorado más de una década para juntar las pruebas para acusarlo en un juicio oral y sólo encontraron indicios, porque no pensar que condenarlo era jurídicamente improbable?. Si la causa acumuló tantas idas y vueltas judiciales fue en mérito de las permanentes apelaciones de la estrategia defensiva del condenado y también de la inexplicable morosidad de algunos funcionarios judiciales para hacer su trabajo. ¿Un inocente no quiere sacarse cuanto antes las sospechas que sobre él se depositan antes que dejar que pasen los años?En las audiencias también contrastó el comportamiento de los familiares de los Cardarelli con la conducta del condenado y su ex esposa. Madre e hijos de se mostraron cautelosos respecto de los resultados del juicio. Sobre todo los hijos dieron cuentan de una mesura exenta del justificable rencor que el tiempo pudo haber acumulado a lo largo de tantos años. Mientras que Estela Borghi, la ex esposa de De la Reta , no dudo en alimentar sin pruebas el señalamiento hacia Francis Cardarelli por los negocios turbios con el combustible en el que supuestamente estaba metido. Pero más sorprendió aún, la salida del silencio del acusado responsabilizando a la policía por su situación y realizando graves denuncias contra los investigadores que hubiera sido oportuno las efectuara en su momento.Sin nuevas pruebas sustanciales incorporadas en el juicio y con los mismos indicios que los hicieron sospechosos desde el primer momento, De la Reta pasó a ser un beneficiado por la desidia judicial o un condenado a vivir el resto de la vida en la cárcel.No pudo evitar que el largo brazo de la ley lo alcance, pero tanto tiempo después a todos nos queda la duda razonable sobre si se habrá hecho justicia.

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