A una semana de la desaparición, no hay rastros de Vanesa

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Se fue con lo puesto, aparentemente sin dinero, sin un bolso de ropa, sin celular y sin la medicación que tomaba cada día para enfrentar su bipolaridad y los rasgos esquizófrenicos que le dejó una meningitis en la niñez. En la Justicia creen que la mujer no habría planeado irse de su hogar sino que habría sido una decisión abrupta, voluntaria ó por coerción.

A una semana de la desaparición, el paradero de Vanesa Ferreyra es una incógnita sin pistas fiables para los investigadores y la familia.
Vanesa se fue con lo puesto, aparentemente sin dinero, sin un bolso de ropa, sin celular y sin la medicación que tomaba cada día para enfrentar su bipolaridad y los rasgos esquizófrenicos que le dejó una meningitis en la niñez.
En la Justicia creen que la mujer no habría planeado irse de su hogar sino que habría sido una decisión abrupta, voluntaria ó por coerción.
Vanesa es madre de una niña de 3 años y vivía con su familia. Sin embargo, mantenía una «normal vida social» y disfrutaba de los contactos a través del chateo y los correos electrónicos.
El fiscal Javier Di Santo ordenó investigar a tres hombres que mantuvieron contactos con la joven -uno de ellos con residencia en Buenos Aires, quien nunca la habría visto en persona-, pidió informes a la Terminal de Omnibus y avaló la realización de nuevos rastrillajes.
Por ahora, los intentos por encontrar pruebas sobre el paradero han sido infructuosas y Vanesa continúa sin dar señales de vida.

Sin rastros

Cuando Vanesa salió de la farmacia del sindicato de la Carne los últimos testigos que la vieron la describieron deambulando por el Boulevar Roca. A partir de entonces no hay rastros de la joven de 27 años.
“Ella era muy apegada a su beba de tres años”, afirman los familiares y la definición solo suma interrogantes en la búsqueda.
En un amplio operativo, a Vanesa la buscaron por campos de Rancul, en La Pampa, y por la ribera del río y el predio del Andino, en nuestra ciudad. Todo el procedimiento resultó infructuoso.
¿Había una tercera persona? Esa es la duda central de la Justicia: Si Vanesa se fue por acción voluntaria, engañada u obligada por alguien. Los investigadores intentan determinar si ella conocía al presunto implicado.
El paso del tiempo comienza a conspirar con la presunción de que se trata de una desaparición común y sin pistas firmes, la Justicia no descarta ninguna hipótesis.
Aunque sufre una discapacidad debido a que sufrió meningitis en su niñez, la dificultad solo es perceptible en el habla. Al abandonar su casa, vestía pantalón de jeans, campera roja y mostaza, y pulover marrón.
Vanesa mide 1,61cm, es delgada, con tez blanca, bronceada, cabello corto y color castaño oscuro.

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