Sin rastros en la búsqueda, crece la preocupación por Vanesa

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«Era muy sociable y se desenvolvía bien pese a su discapacidad», relataron los padres de Vanesa Ferreira a la Policía. La joven está desaparecida desde las 18 horas del pasado jueves y parece que se la hubiese tragado la tierra. No hay rastros, ni sospechas, ni calma.
Vanesa, de 27 años, salió de su casa en calle Savedra 365 para cumplir con el mandado que le había encomendado su madre. El destino era la sede del gremio de Trabajadores de la carne, a metros del Boulevard Roca.
Los empleados del sindicatos confirmaron que ella ingresó, consultó por la entrega de insulina para su mamá y le advirtieron que faltaba documentación para que recibiera la medicación.
Cuando Vanesa abandonó del lugar los testigos observaron que se dirigió con rumbo al centro. Fue la última vez que alguien la reconoció.
Aunque sufre una discapacidad debido a que sufrió meningitis en su niñez, la dificultad solo es perceptible en el habla. Al abandonar su casa, vestía pantalón de jeans, campera roja y mostaza, y pulover marrón.
Vanesa mide 1,61cm, es delgada, con tez blanca, bronceada, cabello corto y color castaño oscuro.
Sus padres afirman que mantenía una buena relación con ellos y que nunca antes había abandonado abruptamente el hogar.
La joven es oriunda de Rancul, La Pampa, donde mantuvo una relación afectiva. Hasta allí llegaron los investigadores policiales pero no tuvieron suerte. La pareja se disolvió hace tiempo y el novio nada sabe de ella.
La presunción de que Vanesa pudiera estar con alguien que habría conocido recientemente, en un vínculo que desconocerían sus padres, no se descarta.
El drama de la desaparición y la frustración por esperas infructuosas son pesadas cargas que los riocuartenses y conocen. A más de 72 horas Vanesa es como en otros casos una preocupación de todos.

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