El día en que se marchó la «mamá de Manuelita»

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Considerada por muchos como la más importante e influyente autora de literatura infantil en lengua castellana, María Elena Walsh  falleció a los 80 años como consecuencia de un cáncer óseo que se le había declarado años atrás.

Creadora de obras y canciones indelebles y que atravesaron el universo de la infancia por varias generaciones, la autora de «El mundo del revés» y «Como la cigarra» fue velada durante todo el día del lunes  en la sede de Sadaic hasta las 11 del martes , cuando el cortejo fúnebre partió rumbo a La Chacarita.

Hasta la sede de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores se acercaron distintas personalidades para tributarle un último adiós.

La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, concurrió anoche a la capilla ardiente, donde expresó sus condolencias a familiares de la artista, y permaneció por espacio de 10 minutos.

También estuvieron presentes en uno de los salones de la entidad, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia; su homólogo de la ciudad de Buenos Aires, Hernán Lombardi; y figuras de las artes y el espectáculo como las actrices Lydia Lamaison y China Zorrilla y músicos como Pipo Pescador, Luis Pescetti, Amelita Baltar y Susana Rinaldi.

Su pareja y compañera de vida de los últimos 30 años, la fotógrafa Sara Facio, permaneció junto al cajón cerrado donde se hallaban los restos mortales de María Elena y luego encabezó el cortejo que llegó a La Chacarita.

En la capilla del cementerio, el padre Carlos ofició un responso que concluyó con un Padre Nuestro y un Ave María y, posteriormente y a pie, el cuerpo fue trasladado hasta el panteón de Sadaic, donde miembros de la sociedad de autores leyeron una carta de despedida del presidente de la institución, Atilio Stampone.

«El país ha perdido una de las más grandes figuras de la cultura nacional», señaló uno de los fragmentos de la misiva de Stampone, refiriéndose a la importancia que tuvo en la vida del país la existencia y la obra de María Elena.

El guitarrista y compositor Eduardo Falú, la intérprete Teresa Parodi, el ex intendente de la ciudad de Buenos Aires, Facundo Suárez Lastra, y el director general del Teatro Colón, Juan Pablo García Caffi, fueron algunas de las personalidades que despidieron a la artista en La Chacarita.

El ataúd que guardó su cuerpo estaba coronado por un delicado arreglo floral y tenía en su cubierta una pequeña tela hilada del Norte junto a una fotografía y un poema de María Elena.

Nacida en febrero de 1930 y criada en la localidad suburbana de Ramos Mejía, María Elena Walsh cobró notoriedad a partir de la década del 60 con la creación de un novedoso, revolucionario, fresco e irreverente cancionero escrito y cantado para los niños, que alcanzó momentos decididamente brillantes con composiciones como «En el país de no me acuerdo», «Canción del jardinero, «La vaca estudiosa», «Marcha de Osías» y «El brujito del Gulubú».

También escribió los libros «Tutú Marambá», «El reino del revés» y «Dailan Kifki», dedicados al universo infantil.

Además, María Elena fue una destaca poetisa adolescente, habiendo publicado su primer libro, «Otoño imperdonable», a los 17 años, con el que obtuvo el segundo premio Municipal de Poesía, y que mereció elogios de Pablo Neruda, Jorge Luis Borges y Juan Ramón Jiménez, entre otros.

A este libro siguieron otros de poesía, novelas, obras de teatro, que llegaron a más de 50; también fue prolífica como autora de canciones, dejando algunas imborrables como «Campana de palo» o «Serenata para la tierra de uno».

No sólo su obra sino también el peso público que adquirió a través de intervenciones, ensayos y distintas posiciones que fue tomando en diversos momentos, como cuando en julio de 1978 dejó de tocar en vivo en plena dictadura, convirtieron a María Elena Walsh en una figura central de la cultura argentina.

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