WikiLeaks: se conoce la increíble historia del ladrón de los archivos

0
Compartir

Su nombre es Bradley Manning, hace casi 200 días que está en prisión y le restan algo más de 50 años para recobrar su libertad. Para meterse en los archivos del gobierno de los EEUU sin despertar sospechas, se ponía los auriculares y fingía escuchar a Lady Gaga.
Bradley Manning, el militar acusado de ser la fuente de WikiLeaks, es para unos un héroe al que hay que defender a toda costa, aunque para otros, como el ex diplomático norteamericano John Bolton, es un traidor que debería ser ejecutado.
Si las mentes de Hollywood empezaron a trabajar en una película sobre la filtración de secretos diplomáticos a WikiLeaks, lo más probable es que la trama se centre en dos hackers, uno bueno y otro malo, aunque será el espectador el que tendrá que decidir quién es quién.
Un hacker es el soldado Bradley Manning, el supuesto autor del robo y filtración de centenares de miles de documentos confidenciales y secretos de los Estados Unidos, que salen a la luz en dosis gracias al sitio de internet WikiLeaks. El otro hacker es Adrian Lamo, quien delató a Manning a las autoridades después de que el militar le revelase el material que tenía en sus manos y lo que planeaba hacer con ello.
«Hillary Clinton y varios miles de diplomáticos en todo el mundo van a sufrir un ataque al corazón cuando se levanten una mañana y descubran que todo un almacén de mensajes clasificados está disponible al público», escribió Manning a Lamo cuando lo contactó en mayo de este año.
El relato de la relación entre Manning y Lamo fue reproducido en junio por la revista norteamericana Wired, que tuvo acceso a los «logs» de las comunicaciones informáticas entre los dos hackers. Para unos, Manning es el malo de la película, quien puso en riesgo la vida de miles de personas y proporcionó un golpe descomunal a la posición internacional de los Estados Unidos, tanto con países amigos como con enemigos.
Uno de los que consideran a Manning el personaje diabólico de la trama es el antiguo embajador de los Estados Unidos en la ONU, John Bolton, quien está dispuesto a asesinar con sus propias manos al soldado. Bolton declaró a National Review Online: «La traición sigue estando penada con la muerte y si fuese declarado culpable, yo lo haría». Bolton considera que la filtración de documentos (hasta ahora sólo se conocen menos de 300 de los 251.287 que están en manos de WikiLeaks) es «muy dañina» porque socava la capacidad de los diplomáticos para hacer valoraciones honestas.
También el ex gobernador de Arkansas y ex aspirante presidencial Mike Huckabee considera que la persona que filtró los cables diplomáticos es un «traidor» y «debe ser ejecutado». Paradójicamente, Manning, en sus conversaciones con Lamo, también estima que sus acciones son fruto de un sentido de honestidad. «Si tuvieses acceso sin precedentes a redes clasificadas durante 14 horas al día, 7 días a la semana durante más de 8 meses, ¿qué harías?», preguntó Manning a Lamo. Pero Manning parecía decidido a qué hacer tras señalar que los documentos a los que tenía acceso contenían «cosas increíbles, cosas horrorosas que deben pertenecer al dominio público y no a algún servidor almacenado en una oscura habitación en Washington».
Así que se ingenió una simple manera para extraer de la mayor superpotencia del mundo sus trapos sucios. «Llegaba con un CD-RW (CD grabable) con música con la etiqueta de alguien como Lady Gaga, borraba la música y grababa un archivo comprimido en partes», explicó Manning a Lamo. «Escuchaba y movía los labios al ritmo de la canción Telephone de Gaga a la vez que sacaba posiblemente la mayor filtración de datos de la historia norteamericana», añadió Manning.
Entonces Manning, de 23 años, estaba destinado en la Base Operativa Avanzada Hammer, a unos 60 kilómetros al este de Bagdad y tenía acceso a dos redes clasificadas del gobierno de los EEUU, Siprnet (Secret Internet Protocol Router Network) y Joint Worldwide Intelligence Communications System. Cuando Manning dijo a finales de mayo que había transferido los documentos a WikiLeaks, Lamo, un hacker que en 2004 se declaró culpable de penetrar en los sistemas de The New York Times y sufre el síndrome Asperger, llamó al FBI.
Esa llamada hace que para otros Lamo sea el villano de la película porque un día después, Manning fue arrestado y en junio, acusado por las autoridades militares de incumplir el Código Militar. Entre los que consideran a Lamo como el malo de la trama está un creciente grupo de ciudadanos reunidos en la llamada la Red de Apoyo a Bradley Manning y que solicitaron su libertad.
Pero quizás, la realidad es más compleja. Por ejemplo Lamo, que fue condenado a seis meses de arresto domiciliario por sus aventuras como hacker a principios del siglo XXI, donó dinero a WikiLeaks para mantener sus operaciones.
Sea quien sea el malo y el bueno de la película, Manning lleva 189 días encarcelado en una base militar en Virginia y se enfrenta a 52 años de prisión. Y los Estados Unidos afrontan una crisis diplomática sin precedentes provocada por un joven soldado de 23 años armado con un disco de canciones de Lady Gaga. Mientras, los medios han empezado a especular sobre las razones de Manning para «traicionar» a su país: un tipo tímido, con problemas de relaciones sociales, un genio de la informática que no encajaba en el Ejército por su condición homosexual

Commentarios

commentarios

Compartir