Un informe de la Justicia Federal ratifica la hipótesis de drogas

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El análisis elaborado por «policías encubiertos» de la Federal describe al joven como un «delivery» utilizado por los Vargas para comercializar la droga a través de remiseros que trasladaban al joven a distintos lugares de la ciudad. Para la Justicia Federal, Nicolás no habría sido adicto, sino que fue manipulado por los sospechosos.

Un informe que entregó el Juzgado Federal a la fiscalía de Río Cuarto ratifica la hipótesis de la venta de drogas como vínculo entre Nicolás Sabena y los Vargas, y apunta a los imputados como autores del hecho.
El análisis elaborado por «policías encubiertos» de la Federal describe al joven como un «delivery» utilizado por los Vargas para comercializar la droga a través de remiseros que trasladaban al joven a distintos lugares de la ciudad.
Para la Justicia Federal, Nicolás no habría sido adicto, sino que fue manipulado por los sospechosos.
Los remiseros ya fueron investigados por los fiscales del caso y uno de ellos señaló que una deuda del joven con los Vargas habría sido el causante de un fatal desenlace.
En el informe firmado por el juez Carlos Ochoa se señala que el dinero se lo habría quedado la hija de los Vargas, Lucía, aunque habría culpado a Nicolás.
El magistrado plantea dos hipótesis para el posible homicidio del joven desaparecido en septiembre de 2008. Una sindica a José Vargas como el homicida. El hombre habría llevado a la víctima hasta la calle Guardias Nacionales al 2.700 y allí lo habría matado con un arma blanca y un golpe en la cabeza, según señala la resolución publicada por el matutino Puntal. El joven habría sido descuartizado y los restos habrían sido arrojados al lago Villa Dalcar ó a una propiedad de la familia Sabena en Tres Acequias.
En la segunda opción se apunta un NN con el que Nicolás habría mantenido un entredicho por una venta que no se concretó. Un remisero lo habría trasladado a la quinta de los Vargas donde finalmente habría sido ultimado.

Sin detención

Los fiscales Julio Rivero y Jorge Medina no resolvieron una nueva detención de los Vargas, luego de que la Cámara Primera del Crimen rechazara dos planteos y exigiera la liberar a los detenidos.
El juez Federal arribó a conclusiones similares sobre lo que pudo pasar con Nicolás y quienes serían los autores de su abrupta desaparición. La clave del proceso radica en el caudal probatorio que permita reconstruir la investigación en un dictamen que avance sobre un juicio oral y público.
El tiempo perdido, el ocultamiento de pruebas que habrían generado los autores del hecho y las impericias y contradicciones judiciales condicionan la suerte de una causa que en el 2011 podría decidir su suerte definitiva.

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