Menéndez: “Nunca perseguimos a nadie por sus ideas»

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«Nuestros enemigos fueron los terroristas marxistas, nunca perseguimos a nadie por sus ideas», sostuvo hoy el represor Luciano Benjamín Menéndez sobre el terrorismo de Estado que ejercieron las Fuerzas Armadas desde el 1976 hasta 1983.


El represor habla antes de que el Tribunal Oral Federal N° 1 dicte esta tarde el veredicto en el juicio que lo tiene como principal imputado junto al dictador Jorge Rafael Videla. «Estos delitos están prescriptos», consideró. Están acusados de asesinar a 31 presos políticos.
«Nuestros enemigos fueron los terroristas marxistas, nunca perseguimos a nadie por sus ideas», sostuvo hoy el represor Luciano Benjamín Menéndez sobre el terrorismo de Estado que ejercieron las Fuerzas Armadas desde el 1976 hasta 1983.
Tal como publica El Argentino, Menéndez hace uso de la palabra antes de que el Tribunal Oral Federal N° 1 de Córdoba de a conocer esta tarde su sentencia y la del dictador Jorge Rafael Videla, ambos acusados de cometer crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar.
«Estos delitos están prescriptos», argumentó. Están acusados de asesinar a 31 presos políticos.
El juicio comenzó el 2 de julio y concluirá hoy con la sentencia a Videla y Menéndez y otros 28 imputados, acusados por la muerte de 31 presos políticos alojados en la Unidad Penitenciaria San Martín, a quienes aplicaron la «Ley de Fugas». Además, se los acusa de secuestros y torturas en contra de un civil y cinco miembros del entonces Departamento de Informaciones Policiales (D2), sindicados como infiltrados en las organizaciones revolucionarias en 1976.
Al hacer uso de la última palabra antes del veredicto, el dictador Videla reivindicó ayer lo actuado por las Fuerzas Armadas durante el terrorismo de Estado e insistió en que fue «la sociedad argentina la principal protagonista del enfrentamiento bélico y la que ordenó a su brazo armado acudir en su legítima defensa».
Videla sostuvo además que se consideraba un «preso político» y «un «chivo expiatorio», al tiempo que dijo: «No he venido a defenderme, este no es mi tribunal natural, asumiré bajo protesta la injusta condena y la he de ofrecer como un acto de servicio».
«Me niego a aceptar el término de guerra sucia. Las guerras son justas o injustas. Acepto que cada guerra tiene su particularidad y la nuestra las tuvo, porque tuvo irregularidades», señaló y añadió: «yo no me atrevería a afirmar que esta guerra terminó».
También aludió a una supuesta reunión privada que mantuvo un mes y medio antes del golpe de Estado con el fallecido dirigente radical Ricardo Balbín.»En el encuentro me preguntó si frente a esta grave situación que vivía el país en esos momentos, íbamos a dar el golpe o no», disparó.
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