Escándalo de la Alcaidía – El abogado de Auce dijo que el policía «no volvió a trabajar en la fuerza»

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Aseguró que «ni siquiera cobra el sueldo y sigue suspendido». Precisó que «es chofer de su padre en la distribución de golosinas».

«Es chofer de su padre, quien distribuye golosinas. A la Policía no volvió» Lo afirmó el doctor Juan Vila, abogado de José Auce, el policía imputado de vejámenes y acusado de abusar sexualmente de una detenida en la Alcaidía de la Unidad Departamental de Policía.
Vila negó que Auce haya realizado alguna actividad en la Policía tras ser imputado y afirmó que «busca reconstruir su vida a la espera de una resolución del fiscal (Julio Rivero) sobre una elevación a juicio de la causa».
«No cambió la situación procesal de mi defendido quien está suspendido provisoriamente hasta que resuelva la Justicia y ni siquiera cobra su salario. Sigue imputado de vejámenes y en el caso de los abusos se dictó la falta de mérito», precisó.
Vila sostuvo que «no hay pruebas» sobre la denuncia de Nancy Carena, la mujer que relató haber sido obligada a practicarle sexo oral al sospechoso.
En relación a la denuncia por una fiesta de alcohol y drogas entre los presos alojados en la Alcaidía, consideró que «lo que está claro es que los medicamentos ingresan y salen sin control de la alcaidía».
«No hay ningún inventario sobre los remedios ni se explica la razón por la que están en una comisaria», subrayó.

Fue anticipo

La denuncia a Telediario Digital de Nancy Carena reveló una jornada de drogas y alcohol sucedido la tarde noche del 27 de enero en el lugar.
El fiscal Julio Rivero recibió un mes después de la denuncia las actuaciones de la Policía y ante la notoriedad que alcanzó el episodio avanzaron las imputaciones.
El Juzgado de Control dictó finalmente el sobreseimiento del policía Gustavo Della Mea, considerado el Tango 1, pero siguen implicados el oficial José Auce, principal sospechoso por los aberrantes hechos, el oficial Oscar Gutiérrez y el sub comisario Claudio Olguín.

«A 50 pesos»

De la investigación del fiscal se desprende que Auce habría sustraido del consultorio médico de la Policía una cantidad no determinada de psicofármacos (Clonazepan 2mg y Alprazolam) para ser comercializados con detenidos bajo prescripción médica.
«Se les habría entregado a varias personas de sexo masculino arrestados en la celda 13 (entre ellos a un sujeto apodado «lechón delgado» y otro llamado «jorobado») a cambio de 50 pesos por el alcohol y de 30 pesos por las pastillas», indicó.
Añadió que «se mezclaban los medicamentos con alcohol, agua y jugo de naranja».
Auce habría entregado, además, a 3 mujeres 14 pastillas. Una de ellas debió ser hospitalizada por la ingesta excesiva de los psicofármacos. A dos de las mujeres les exigió canjear la droga por besos.

Un antro

El centro de reclusión de la Unidad Departamental aparece como un antro en el que convivían decenas de presos con falta de controles que quedaron expuestos tras la fuga de un detenido y el escándalo del 27 de enero pasado.
La situación que se dirime en los ámbitos tribunalicios suma preocupación en la cúpula de la Jefatura.
El doctor Juan Vila, abogado de Auce, había señalado que «hay un funcionamiento sumamente deficitario en la unidad de detención».
Vila precisó que es un problema generalizado en la Provincia, aunque resaltó que la situación en Río Cuarto solo profundizó las sospechas.
Con 26 años y un cargo de oficial ayudante, Auce estaba como responsable del control de más de 30 presos, algunos de ellos detenidos por delitos graves y con larga experiencia en las leyes que rigen la Alcaidía.
El policía que lo acompañaba a Auce se había ido a dormir y ningún jefe inspeccionaba su accionar.
Según señaló Auce, en el expediente consta que la enfermería, de donde se habrían sustraído los medicamentos, se podía abrir con una tarjeta cuando no había llave. Es decir, cualquiera podía acceder sin mayores restricciones.
La enfermera policial sabe que faltaron numerosos medicamentos luego de que se advirtiera a los presos caer dormidos sin responder al más mínimo estímulo. Sin embargo, no hay inventarios. Nadie sabe formalmente que entra y sale de ese lugar.
«Se estaban creando las condiciones para que cosas graves sucedan», admitió Vila  quien resaltó que «Auce es de familia de policías y sabe lo que significa el uniforme».

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