Creen que los Vargas hicieron desaparecer a Nicolás por dinero

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TD Digital anticipa los argumentos del dictamen del fiscal. Se confirma que el celular fue utilizado después de la desaparición. Por primera vez, la Justicia presume que podría haber muerto.

Por Pablo Callejón (pjcallejon@yahoo.com.ar) – La fiscalía del doctor Jorge Medina notificó el dictado de la prisión preventiva para los cuatro integrantes de la familia Vargas, implicados en la desaparición de Nicolás Sabena, y por primera vez adjudicó a una deuda la razón por la que los sospechosos habrían actuado en contra del joven.
Los acusados son José Francisco Vargas Parra, su esposa Adelina Inés Flores y los dos hijos mayores de edad, Lucia Parra Flores y José Vargas Flores. Este último está cumpliendo condena en la cárcel local.
Este mes se cumplen dos años de la desaparición de Nicolás y los imputados son los principales sospechosos.

La resolución

En el dictamen, al que pudo acceder TD Digital, se señala que el 14 de septiembre de 2008, “en horario que no ha podido establecerse con exactitud, los Vargas retuvieron, privándolo de su libertad ambulatoria, a Nicolás Sabena”.
El joven se alojaba temporalmente en la finca en la que todos residían, ubicada en calle Guardias Nacionales al 2700.
Según consideraron los fiscales, fue trasladado a otro lugar “aún no determinado por la instrucción, donde lo ocultaron con la finalidad de exigirle el pago de una deuda de dinero, que el mismo Sabena mantenía con los nombrados”
Fue el remisero Bustos quien expresó que Nicolás le comentó que mantenía una deuda con Vargas, sin que le haya precisado monto ni origen de la misma.
En la fundamentación, los fiscales consideraron que “se estima haberse alcanzado el estado intelectual de probabilidad procesal requerido en éste estadio”
Precisaron que Nicolás dejó su casa por problemas familiares “con todos sus efectos personales consistentes en tres bolsos, una mochila de explorador, un par de frazadas y juguetes de su infancia, tales como unas canicas que atesoraba con singular afición”.
El joven llegó al lugar por la amistad con los hijos de Vardas y “era asiduo cliente de tres remiseros: Walter Soria (actualmente condenado por la extorsión a la familia Sabena), Bustos y Zabala a quienes recurría ineludiblemente cada vez que deseaba trasladarse de un punto a otro de la ciudad”.
El 14 de septiembre mantuvo la última comunicación con su novia, a quien le manifiesta que se encontraba en la quinta del “Negro” Vargas durmiendo la siesta y que luego la llamaría.
«Luego de ello se determina un cese total de comunicaciones. Se verifica el apagado del teléfono y aproximadamente a las once horas del día siguiente el encendido del aparato, un intento fallido de cambio de chip y nuevamente apagado, todo lo cual fue detectado por la antena ubicada frente a la quinta referida”, se precisó.

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