La mayoría de las familias llegaron en los años 80 y desarrollaron la actividad comercial relacionada a la venta de ropa. Sus hijos son argentinos y empezaron a disfrutar del fútbol con los colores celeste y blanco. Sin embargo, el partido entre Corea y Argentina por la Copa del Mundo los divide en una misma pasión.
La comunidad coreana riocuartense divide pasiones entre las raíces y la patria adoptiva, en medio del mundial Sudáfrica 2010.
La mayoría de las familias llegaron a la ciudad en los años 80 y desarrollaron la actividad comercial relacionada a la venta de ropa. Los emprendimientos tuvieron éxito y optaron por la radicación definitiva.
Sus hijos son argentinos y empezaron a disfrutar del fútbol con los colores celeste y blanco. Sin embargo, el partido entre Corea y Argentina por la Copa del Mundo los expone a un sentimiento dividido.
Claudia, quien nació en Corea y llegó al país en 1988, manifestó que mañana alentará por «la roja», aunque sus hijos vestirán la camiseta argentina.
«Gane quien gané habrá festejo, hay mucha pasión. No sabemos si abrimos mañana», señaló.
Por su parte, Sergio, nacido en el país pero con padres coreanos, admite que «es todo un lío el partido de mañana».
«Voy a estar neutro, me pongo una camiseta blanca y listo», señaló entre risas.
Adelantó que la apertura del comercio no será antes de las 10:30, cuando concluya el partido.
Claudio, con 25 años en el país, consideró que «debe ganar el mejor».
«No soy muy futbolero, voy a hinchar por los dos porque mis hijas son argentinas», expresó.