De la ciencia y otras cosas del País Vasco

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Por Dra. Fabiana Malacarne

El País Vasco o EuskalHerria (en euskera) tiene todo lo que un visitante puede desear: un paisaje estupendo, gente cordial, una gastronomía deliciosa y, lo que para mí y otros como yo a los que le gusta la ciencia es fundamental, centros de investigación científica y museos de ciencia.

Esta comunidad autónoma ha afianzado un sistema de ciencia-tecnología-empresa orientado hacia la demanda del mercado y el bienestar de su población. La Universidad del País Vasco (UPV/EHU), de la cual orgullosamente fui estudiante, Universidad de Deusto, Universidad de Mondragón y Universidad de Navarra junto con la Agencia Vasca de Innovación (Innobasque) y el CIC Biogune, centro de investigación en Biociencias, investigan en áreas que van desde la salud y la alimentación hasta los nuevos materiales y la nanotecnología.

Por ejemplo, se han desarrollado herramientas bioinformáticas que permiten analizar e interpretar las secuencias de ARN no codificantes. Estos ARN, transcriptos desde el ADN no se traducen en proteínas pero pueden regular la expresión de otros genes. En ciertos tipos de cáncer hay déficit de estas moléculas, a tal punto que introducidas en células tumorales provocan su muerte, mientras que las normales permanecen sin cambios. Así, con la ayuda de la bioinformática se puede predecir cómo estos micro ARN (como también se los llama) se comportan en la célula, sus variaciones en diferentes órganos y predecir el resultado de la aplicación de fármacos en esas células.
En la Facultad de Filosofía de la UPV/EHU se realizan interesantes investigaciones respecto al género, la violencia contra la mujer o el impacto que causa la alfabetización científica en la sociedad, que le permite ejercer plenamente sus derechos a reclamar políticas públicas de ciencia y tecnología acorde a sus necesidades.

Son innumerables las investigaciones que se realizan y muy corto el espacio que tengo para contárselas a todas, pero lo más importante es que existe una nutrida cooperación entre la comunidad científica vasca y la latinoamericana.

Prueba de ello es el intercambio de tesistas pre y posdoctorales con prestigiosas universidades latinoamericanas como la Universidad Nacional Autónoma de México o el Instituto Tecnológico de Medellín, Colombia. Esta cooperación está abierta para cualquier universidad latinoamericana que la solicite y es muy provechosa tanto para los científicos que acceden a ella como para el resto del equipo de trabajo y sus investigaciones.

Si por alguna razón querido lector se decide venir por estas tierras, no puede perderse el paseo desde Donostia (la capital de Guipúzcoa) hasta la localidad de Zarautz, donde además de surfear en los 2 km de hermosas playas que posee, puede sentarse frente a ellas a degustar un bacalao al pil-pil con una copa de sidra o el tradicional txakoli en el restaurante del vasco -quizá más querido por los argentinos- KarlosArguiñano.

Eskerrikasko (gracias) por leer lo que he escrito.

Hasta la próxima.

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