La Sociedad Rural de Río Cuarto expresó su enérgico repudio al accionar de Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior, quien interfiere en los mercados de manera verbal para controlar los precios de los productos o prohibir importaciones sin que existan disposiciones escritas. De esta manera, al no quedar registro de sus intervenciones, quienes sufren sus “aprietes” para que no importen productos que compitan con sus similares nacionales, no tienen forma de dar a conocer la maniobra de que son objeto.
Mediante un comunicado de prensa, la entidad recordó que este fue, precisamente, el mecanismo con el que Moreno comenzó a controlar a los operadores del Mercado de Liniers, pero –como siempre ocurre con estas maniobras- terminan cayendo por su propio peso. Ni los operadores de Liniers ni los consignatarios del interior pueden hacer nada para aumentar la oferta de hacienda, ya que la frustración ocasionada por el intervencionismo estatal tuvo mucho que ver con el abandono de los rodeos y la liquidación de vientres que recién ahora, con mejores precios, parece estar terminando. Fue así también, con la metodología mafiosa que lleva su sello, que este funcionario de inusual poder en la estructura kirchnerista ha restringido las exportaciones de carne, no prohibiéndolas formalmente sino demorando –con órdenes verbales, por supuesto- la entrega de los ROE Rojos. E influyó también para que se demorara la adjudicación de los cupos de Cuota Hilton de cortes finos para la Unión Europea, al punto que muchos frigoríficos no podrán cumplir con sus compromisos y pondrán en peligro la continuidad de esa “ventana sin aranceles” para nuestras carnes de la que Argentina se sentía orgullosa.
Fueron los chinos quienes este año dieron el primer grito de alerta ante el proteccionismo encubierto que nuestro país puso en marcha contra algunos de sus productos y, como contrapartida, no dudaron en suspender las compras de aceite de soja, llegando incluso a parar algunas partidas ya embarcadas.
El errático camino que el Gobierno impone a la economía nacional lo ha llevado a comportarse como tantas veces se criticara desde nuestros cuerpos diplomáticos cuando la misma Unión Europea y Estados Unidos utilizaban barreras para-arancelarias para impedir la entrada de nuestros productos agropecuarios. Esta bien que se quiera defender a la producción nacional, pero aislar al país no parece ser el mejor método. También se la puede defender con políticas activas, de aliento a la producción, para que los productos nacionales puedan competir con los extranjeros en igualdad de condiciones.
OFICINA DE PRENSA – SOCIEDAD RURAL DE RÍO CUARTO